Guía cofrade: Albores (363)

El Miércoles de Ceniza es el albor de una Cuaresma que nos acerca a la Semana Santa, pero también es el nombre de una reconocida tertulia cofrade

13 feb 2018 / 16:16 h - Actualizado: 14 feb 2018 / 07:30 h.
"Cofradías","Guía cofrade"
  • Albores es una tertulia que se reúne en el bar homónimo, situado en la barriada de Retiro Obrero. / Jesús Barrera
    Albores es una tertulia que se reúne en el bar homónimo, situado en la barriada de Retiro Obrero. / Jesús Barrera

Hay palabras que, no se sabe por qué, quedan retenidas en el imaginario colectivo de toda índole. Procés para los independentistas catalanes, performance para los artistas contemporáneos o pipican para los amantes de los perros. Los cofrades también tienen vocablos que usan con frecuencia, pero solo en el ámbito en el que se circunscribe. Muchas de estas palabras ya han aparecido en esta guía, que compila la jerga propia de la Semana Santa. Uno de esos términos es albores. Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), albor es el «comienzo o el principio de algo» y el Miércoles de Ceniza lo es, aunque también contempla el significado de «luz del alba». Ambas acepciones son aplicables al mundo cofrade. Puede que sea su semántica, de marcado carácter lírico, la que lo convierta en un término muy recurrente en los textos poéticos cofrades, máxime para evocar ese momento en el que esa «luz del alba» rompe la cerrada noche de la Madrugá, dejando estampas inolvidables allá por la Magdalena o San Lorenzo o cuando La Macarena traspasa el Salvador y la Esperanza de Triana alcanza el Postigo. Incluso la misma Cuaresma es el albor de una Semana Santa que ya se huele, se ve y se siente. Sin embargo, la Híspalis capillita añadiría otra acepción al diccionario de la RAE: tertulia cofrade que radica en el bar homónimo y que cada Sábado de Pasión inunda el barrio de Retiro Obrero con sones de Tejera y sabor a bacalao con tomate. Es un referente dentro de las tertulias cofrades y su cartel es uno de los indispensables de cada Cuaresma. Durante todo el año, Juan Morales y su esposa ofrecen al visitante un espacio en el que la Semana Santa es un modo de ser y de estar, porque este rinconcito de la calle Previsión es el comienzo continuo de una semana que para un sevillano dura toda una vida, una eternidad encerrada en cuatro paredes repletas de recuerdos cofrades.