Guía Cofrade: Gestas (317)

Prosigue la Guía Cofrade de El Correo para saber de la Semana Santa sevillana tanto como los especialistas de El Correo de Andalucía

29 dic 2017 / 13:15 h - Actualizado: 29 dic 2017 / 13:18 h.
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  • El personaje de Gestas, también conocido como ‘el mal ladrón’ en el misterio de la Carretería. / Jesús Barrera
    El personaje de Gestas, también conocido como ‘el mal ladrón’ en el misterio de la Carretería. / Jesús Barrera

Jesús de Nazaret fue crucificado en el monte Gólgota, situado a las afueras de la antigua ciudad de Jerusalén. No lo crucificaron solo, sino que le acompañaron otros dos hombres más. ¿Quiénes eran? La Biblia habla de ellos y, en ocasiones, hasta les pone nombres y argumenta la razón por la que recibieron la condena de morir en la cruz. Los cuatro evangelistas (Mateo, Marcos, Juan y Lucas) recogen de una u otra forma estos personajes de la Pasión. «Llevaban además otros dos malhechores para ejecutarlos con él. Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda» (Lc. 23, 32-33). En algunos manuscritos evangélicos nombran a estos hombres como Zoathán y Chámmata, mientras que el Evangelio árabe hace referencia a ellos como Tito y Dúmaco. También otros, como el Evangelio de Nicodemo, los nombra como Dimas, el buen ladrón; y Gestas, el malo. Este último personaje insultó a Jesús en la cruz y no se arrepintió de sus pecados: «Si, en verdad, eres tú el Hijo de Dios, sálvate y sálvanos a nosotros», le imploró en el momento de la crucifixión. De ahí que se conozca a Gestas como el mal ladrón. Aparece representado en varios misterios de la Semana Santa de Sevilla, como La Exaltación –maniatado y esperando junto a Dimas el momento de ser crucificados–, así como en los calvarios de la Carretería y de Montserrat. En ambos casos en el lado izquierdo de Jesús, configurando la estampa histórica del calvario con las tres cruces. La imaginería suele representar a Gestas con una actitud desafiante y mirando al lado opuesto de Jesús. A diferencia de Dimas, el buen ladrón, este no cuenta con una aureola o resplandor sobre sus sienes.