Guía Cofrade: Los Armaos (34)

La definición más purista habla de ellos como una representación de la Guardia Pretoriana de Poncio Pilato que acompaña al Señor de la Sentencia

12 ene 2017 / 19:35 h - Actualizado: 12 ene 2017 / 19:35 h.
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  • Los Armaos de la Macarena durante su visita a los hospitales sevillanos. / José Luis Montero
    Los Armaos de la Macarena durante su visita a los hospitales sevillanos. / José Luis Montero

Hay quien dice que los Armaos de la Macarena son la guardia más sevillana. O como dice la sevillana, que «la Centuria no llega ni a los 90 pero tiene la gracia de 180». Más allá del gracejo popular, quien mejor la definió fue el pregonero de la Semana Santa de 2016, Rafael González-Serna. En un texto que quedará para la historia los vino a llamar «romanos arrepentíos», aquellos que desfilan tras del Señor de la Sentencia, y que lo llenan «de orgullo y tranquilidad». Ya se sabe, dijo acertadamente el poeta, que «no están los tiempos para salir con escolta».

Más allá de las emociones, la definición más purista de los Armaos habla de ellos como una representación de la Guardia Pretoriana de Poncio Pilato que acompaña al Señor de la Sentencia durante su estación de penitencia de la madrugada del Viernes Santo y dentro de la que se integra la banda de cornetas y tambores de la Centuria Macarena que acompaña con sus sones a este paso de misterio. Según la hermandad de la Macarena –a la que pertenecen como grupo– su origen podría establecerse en el siglo XVII, entre los años 1653 y 1657, en los que iban vestidos a la milanesa y con armas alquiladas por la hermandad «en los almacenes concejiles de Triana y la Alhóndiga».

Aquella visión de los Armaos, que no se ajustaba a la estética de la Semana Santa sevillana, acabó por desaparecer, hasta que la hermandad los recuperó con el sello de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. En el año 1915 diseña un nuevo uniforme, llamado de costilla, que guarda gran similitud con los actuales o de escamas, cuya confección se realiza en la década de los 50 siguiendo el modelo de Ojeda. Su peculiar vestimenta está formada por unos leotardos rosas, la nagüeta sobre la camiseta, la gola alrededor del cuello y otras piezas como las muñequeras, la coraza, el machete y el casco.

Dentro de esta legión macarena también existen rangos. Según las reglas de la hermandad solo se reconoce la existencia del capitán y el teniente, aunque también existen otros de carácter simbólico dotados de gran tradición. Así, están el cabo gastador, el cabo escolta del capitán, el alférez, los cabos del Senatus y la Gandinga (el término popular con el que se conoce a la escolta que cierra los Armaos). También se diferencian en cuanto al número de plumas que llevan sobre sus cascos. El capitán y el teniente llevan 21 plumas y 19 respectivamente; 17 lleva el alférez, 11 los cabos y 7 el resto.

Además de acompañar al Señor de la Sentencia, durante la mañana del Jueves Santo escoltan a los pasos procesionales en el interior de la basílica. Luego, por la tarde, inician a paso ordinario un recorrido para recoger al teniente y al capitán en sus domicilios para después visitar algunas instituciones y templos, como el convento de Santa Ángela de la Cruz o la Basílica del Gran Poder, antes de iniciar la estación de penitencia. En los últimos años han sumado a esta ronda la visita a los niños ingresados en los hospitales de la ciudad, en uno de los gestos más humanos de estos Armaos macarenos.