Guía cofrade: Predicador (464)

Prosigue la Guía Cofrade de El Correo para saber de la Semana Santa sevillana tanto como los especialistas de El Correo de Andalucía

27 may 2018 / 06:37 h - Actualizado: 28 may 2018 / 11:37 h.
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  • Ignacio Jiménez Sánchez–Dalp es uno de los sacerdotes preferido por las hermandades como predicador. / El Correo
    Ignacio Jiménez Sánchez–Dalp es uno de los sacerdotes preferido por las hermandades como predicador. / El Correo

El mes de mayo, junto con las semanas previas de la Cuaresma, es uno de los periodos en los que más cultos se celebran en el seno de nuestras hermandades. La mayoría están dedicados a las titulares marianas. Y es que, el mes de mayo es considerado por la Iglesia como el mes de María. Los cultos pueden ser de distintos tipos, aunque casi siempre están precedidos por una novena, quinario o triduo, esta última es la fórmula más común durante este tiempo primaveral.

Este tipo de culto suele finalizar con una función y, en todo su conjunto, está predicado por un mismo sacerdote –es la fórmula más común. Así, las hermandades suelen tener sus propios predicadores que pueden coincidir –o no– con el director espiritual de la corporación. Hay hermandades que, durante décadas, han tenido un mismo predicador, creándose así una vinculación muy especial.

En el sentido más literal del concepto, la palabra predicador hace referencia a la persona que enseña o da a conocer una doctrina religiosa. Hoy, la guía cofrade de El Correo de Andalucía trae hasta sus páginas esta función, refiriéndose a un significado mucho más amplio. Y es que, el predicador de una hermandad marca el sentido del culto con sus disertaciones y estas suelen estar unidas por una misma línea temática, dentro del mismo culto.

Hay muchos estilos de predicar. Uno de los predicadores que más gusta a la Sevilla cofrade es Ignacio Jiménez Sánchez–Dalp. Su estilo hondo y armonioso le ha valido la admiración de muchas hermandades que se lo sortean para que presida sus cultos. Él se muestra claro: «Ser cura no significa que tengamos horchata en las venas». Una afirmación que demuestra en cada una de sus homilías, donde mantiene la tensión y atrae la atención de los fieles.