Guía cofrade: Recalá (318)

Prosigue la Guía Cofrade de El Correo para saber de la Semana Santa sevillana tanto como los especialistas de El Correo de Andalucía

30 dic 2017 / 09:47 h - Actualizado: 30 dic 2017 / 09:49 h.
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  • No escasean en Semana Santa los establecimientos que ofrecen atractivos para la recalá. / Paco Cazalla
    No escasean en Semana Santa los establecimientos que ofrecen atractivos para la recalá. / Paco Cazalla

Sostiene el Diccionario de la Real Academia Española –y no es cuestión ahora de llevarle la contraria– que recalar es, entre otras cosas, las siguientes: 1. tr. Dicho de un líquido: Penetrar poco a poco por los poros de un cuerpo seco, dejándolo húmedo o mojado. U. t. c. prnl. 2. intr. Dicho de una persona: Aparecer por algún sitio. 3. intr. Mar. Dicho de un buque: Llegar, después de una navegación, a la vista de un punto de la costa, como fin de viaje o para, después de reconocido, continuar su navegación. Una recalá, en Sevilla, son las tres cosas a la vez, o mejor dicho: sabiamente combinadas e interdependientes entre sí. Si nos andamos en términos marineros, la recalá semanasantera consiste exactamente en dejarse caer por algún sitio de confianza, a modo de pequeño alto en el recorrido, tomando en ese lugar las comprobaciones astrolábicas y las medidas de aprovisionamiento pertinentes para asegurarnos las mejores condiciones para proseguir con la travesía y, de paso, dejar que los pies se consuelen de tanto zapatito de vestir y tanto adoquín. Pero, asimismo, una recalá es también aparecer por algún sitio, a ser posible para descansar y reponerse: cuántas recalás no se dieron, se han dado o se siguen dando (según si continúan existiendo o desaparecieron los emblemáticos lugares) en la Isla, la Punta del Diamante, Las Lapas, Spala, el Candelaria, Vizcaíno, los Terceros, el Tremendo, Quitapesares, los Azahares... Y por fin, a modo de consecuencia de las dos acepciones anteriores, una recalá es empaparse debidamente para eliminar toda erosión causada por la sequedad al organismo. Así que cuando en Sevilla se le proponga dar una recalá, acójase en lo posible a dicho beneficio, que esta es tierra marinera y húmeda, y las tardes cofradieras son muy, muy largas.