Las Penas, bullas y devoción en una jornada que revivía

La cofradía salió puntual de la parroquia de San Vicente, un enclave en el que coincidieron, a muy pocos metros, los palios de la Vera-Cruz y María Santísima de los Dolores

22 mar 2016 / 00:34 h - Actualizado: 22 mar 2016 / 00:36 h.
"Lunes Santo","Las Penas","Semana Santa 2016"
  • Hermandad de Las Penas. / Pepo Herrera
    Hermandad de Las Penas. / Pepo Herrera

La coincidencia de dos palios a muy pocos metros, en la calle Virgen de los Buenos Libros, el de la Vera-Cruz mirando al Duque y el de María Santísima de los Dolores virando hacia San Vicente originó una postal de incontestable belleza. Siendo la segunda de ellas mecida con el gusto habitual que imprime al palio la Banda del Maestro Tejera. La cofradía salía puntual de la Parroquia de San Vicente, poniendo en la calle hileras e hileras de negros nazarenos que desfilaban a buen paso, mientras que, como siempre, eran muchos los que se interrogaban, inquietos, por el sentido de la mirada del Señor, buscando la irradiación de su mirada.

El numerosísimo público congregado en el entorno quiso trasladarse después a Alfonso XII para recuperar al Señor de las Penas. Quiso. Pero no fue fácil. Ni en muchos casos posible. La bulla era grande. Más que otros Lunes Santo. Porque todo se repartía en esos momentos entre tres hermandades. En la entrada en carrera oficial el público copaba sus asientos. Y así fue como, efectivamente, volvimos a tener la sensación de que no había pasado nada. Pero claro que había pasado. Sevilla se llenaba de belleza. Pero el duradero amago del agua nos escatimó demasiado.