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Actualizado: 22 ago 2016 / 00:47 h.
  • Franco Vázquez controla la pelota en presencia de Diop durante el partido del sábado. / Manuel Gómez
    Franco Vázquez controla la pelota en presencia de Diop durante el partido del sábado. / Manuel Gómez

La apuesta del Sevilla por Franco Vázquez ha sido ambiciosa y hasta el momento está resultando ganadora. El ítalo-argentino ha tardado un suspiro en sacar a relucir la enorme calidad que atesora. Se pudo comprobar frente al Real Madrid en la Supercopa de Europa, donde marcó un gol y fue clave en la gran segunda parte del equipo, llegando incluso a jugar de único punta. No brilló tanto, en cambio, frente al Barcelona, donde el Sevilla estuvo a un nivel inferior al esperado en esa doble cita. Sin embargo, ante el Espanyol, en el debut liguero, Vázquez demostró a todos que está decidido ser el nuevo mago de Nervión.

Gol, asistencia a Kiyotake en el 6-3, detalles de calidad por doquier... El mediapunta dio toda una exhibición en el Sánchez-Pizjuán, donde el sevillismo disfrutó viendo cómo juega la pelota.

Vázquez debe convertirse en una de las grandes referencias del Sevilla de Sampaoli. Conoce el fútbol español de su etapa en el Rayo, donde jugó cedido por el Palermo la temporada 12/13. Allí disputó 18 partidos de Liga y uno de Copa, anotando tres goles. No contaba mucho para Paco Jémez, quien le dio 832 minutos (43,7 de media) y solía situarle en banda.

De regreso a tierras italianas, El Mudo se encontró con Gennaro Gattuso al frente del banquillo (en la Serie B). El que fuese emblemático milanista no contó con él y Vázquez tuvo que esperar a la llegada de Giuseppe Iachini, relevo de Gattuso, para poder jugar. Fue entonces cuando inició su despegue, siendo llamado incluso por Antonio Conte para la selección italiana, su selección viendo que la de Argentina no le hacía ningún guiño.

LA LUCHA POR SER ACEPTADO. «Yo siempre tuve que pelearla, pero nunca dejé de confiar en mis condiciones. Y lo digo sinceramente, no cómo una frase armada. Creo que todos los jugadores tienen que pelearla. Solamente Messi, que está tocado con la varita mágica, puede darse algunos lujos, y ni siquiera porque a él también lo matan. Yo me considero un trabajador que lucha y deja todo, pero a mi manera, desde otro estilo. Por mi forma de jugar hay gente que tarda más tiempo en entenderme y a veces se impacienta, pero después termina aceptándome», dijo en una entrevista de El Gráfico en su día. Al Sevilla, desde luego, ha llegado con buen pie.