Es domingo 20 de agosto día de San Bernardo de Claraval, doctor de la Iglesia y me gustaría dedicarle el día a una de las figuras más relevantes de la ciudad: José María Bueno Monreal. Hoy hace 30 años que nos dejó el emérito arzobispo de Sevilla. Nació en Pamplona el 11 de septiembre de 1904 y fue obispo de Jaca y Vitoria hasta que en el año 1954 fue destinado a Sevilla como obispo coadjutor. Convivió en una primera fase con el Cardenal Segura donde fue ordenado arzobispo (1957) y, tras su muerte, fue nombrado Cardenal en 1958. Su etapa en la Archidiócesis de Sevilla se recuerda como una de las más longevas– 25 años– hasta que el 22 de mayo de 1982 renunció por razones de edad y salud. Falleció en Pamplona tal día como hoy en 1987. Será muy recordado por una muy activa participación en el mundo de las hermandades y cofradías, para las que llegó a coronar a muchas de sus vírgenes titulares. Acudió al Concilio Vaticano II y participó en dos cónclaves para la elección de los papas Pablo VI y San Juan Pablo II. En la foto lo vemos en uno de sus primeros encuentros con la Esperanza, dolorosa que, tras dos intentos por parte de la hermandad de la Macarena, coronó en 1964. Sus restos reposan en la Catedral de Sevilla.
Lo dicho, buen domingo y hazme un favor: sé feliz.