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Actualizado: 15 ene 2017 / 21:16 h.
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Donald Trump va a tener problemas para encontrar a artistas estadounidenses de talla que quieran actuar para él en su toma de posesión como presidente de los Estados Unidos. O al menos es eso lo que dicen, ya veremos luego lo que pasa. No se trata de una fiesta privada, sino de la investidura de Trump, que será vista por millones de personas en todo el mundo. Aunque no sean casos comparables, en España había quien renegaba en privado de Franco y luego perdía el trasero por cantarle a él y a su señora en La Granja. También los hubo que padecieron afonía repentina cuando Carmen Romero quería levantar el ánimo de Felipe González con una fiesta flamenca en La Bodeguilla, en los momentos más bajos del expresidente, cuando la corrupción lo machacaba a diario. «Carmen, es que estoy con fiebre y se me ha ido el compás esta misma mañana». Por ejemplo. Hay artistas con ideología que son coherentes con sus ideas, pero los hay que son capaces de cantar o bailar por dinero encima de un carro. No creo que el poderoso Trump vaya a conformarse con música enlatada

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