Pasaban pocos minutos de las ocho y media de la mañana cuando la primera persona que llegaba en la mañana de este domingo al cementerio de Brenes notaba que algo no iba bien. La puerta del cuartillo donde el enterrador guarda sus enseres estaba forzada, faltaban varias herramientas, y todo parecía indicar que la madrugada había sido problemática en el camposanto, y no le faltaba razón.
Un rápido vistazo por varias calles del cementerio no parecía indicar nada problemático, pero al llegar a la zona de los nuevos nichos, había daños en al menos tres, e incluso uno de ellos había sido abierto, con claros intentos de sacar el féretro de la tumba.
Rápidamente, dio aviso a las fuerzas del orden. No habían dado las nueve de la mañana cuando la noticia se había difundido como la pólvora por el pueblo, y los vecinos comenzaron a llegar por decenas al camposanto para comprobar si las tumbas de sus seres queridos había sufrido algún daño.
Las informaciones de que eran calles completas dañadas se mezclaban con las que hablaban de que uno de los cuerpos había sido desenterrado y dejado en mitad de la calle delante del nicho. Finalmente, todo se fue aclarando según ha avanzado el día.
A media tarde, la Guardia Civil ha informado de que tres nichos han sido dañados por los desconocidos que han entrado en el camposanto. Nada se sabe de sus motivaciones para cometer este ataque a las tumbas, aunque se sospeche de que buscaban, al parecer, de objetos de valor que pudiesen estar en los nichos o enterrados por deseo de los familiares. Las hipótesis son muchas, y se trabaja en aclararlas.
Lo cierto es que los profanadores han causado daño en tres lápidas de tumbas, todas de la misma columna de nichos, pero sólo han sacado parcialmente la caja de uno de ellos. No han podido llegar a abrir el ataúd, del que han roto sus laterales, antes de abandonar el cementerio a una hora no determinada.
No se sabe la hora exacta, pero sí que ha sido durante la madrugada. El cementerio no tiene alarma, y está separado aproximadamente un kilómetro del casco urbano de Brenes. Se llega a él a través de la carretera A-462, y los ladrones han tenido margen suficiente para «trabajar», sabiendo que desde la Avenida de Villaverde del pueblo al cementerio muy pocas personas pasan en la madrugada de un sábado, excepto las pocas que se dirijan a la vecina Villaverde del Río o viceversa.