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Actualizado: 05 sep 2017 / 08:16 h.
  • «Estamos en el peor momento de la historia de Los Pajaritos»
  • «Estamos en el peor momento de la historia de Los Pajaritos»
    Un vecino en una de las viviendas pendientes de ser reconstruidas. A la derecha, detalles del «abandono» de la zona: barandilla sin arreglar y basura acumulada. / El Correo TV
  • «Estamos en el peor momento de la historia de Los Pajaritos»

En los más de 20 años como representante vecinal nunca ha visto el barrio igual. Hace solo una semana se producía un nuevo crimen mortal en la zona a consecuencia de una pelea, el quinto asesinato en lo que va de año en el distrito Cerro-Amate. «Claro que existe inseguridad en Los Pajaritos, aunque todo es debido al agobio familiar y a la falta de trabajo que existe». Así de sincero se ha mostrado Salvador Muñiz, presidente de la asociación de vecinos Tres Barrios (Candelaria, Madre de Dios y Los Pajaritos ), quien afirma que el barrio vive «el peor momento de la historia».

Los argumentos que sostienen esta afirmación tienen que ver con la «escasa» o «nula» implicación que históricamente han dispensado las administraciones a la zona, y que ha derivado en «una situación límite, inhumana e insoportable» para muchas familias. Como consecuencia, la entidad vecinal ha tenido que reconducir su actividad, dejando a un lado las reivindicaciones para asumir otras tareas. «Ya no pedimos obras ni arreglos de calles. Desde hace un tiempo nuestra prioridad es atender las necesidades básicas de los vecinos. Estamos haciendo una labor social que corresponde a los organismos públicos. Cada paso que damos, es un paso hacia atrás que dan el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y el Estado. Deberían de darle vergüenza que gente mayor, como yo que estoy a punto de cumplir 70 años, tengamos que estar pendiente de que no le corten la luz a una familia o de que cuando llegue mediados de mes los niños puedan ir al colegio desayunados».

A los hechos, más bien a los números se remite. «Estamos atendiendo a 400 familias, de las que el 80% son de Los Pajaritos». Una tarea en la que cuenta con la colaboración de la Cruz Roja y otras entidades, como El Anaquel del Pinsapo, que reparte champú, gel de baño, toallitas de niños, potitos para bebés...»

Como muchos vecinos, Salvador Muñiz no cree que esta situación sea sólo a consecuencia de la actual coyuntura económica. «Ya no es la crisis, sino que el que reparte los presupuestos nunca se acuerda de nosotros. Te vas a otros barrios del distrito y la crisis va remitiendo», añade Juan Cobano, vicepresidente del Anaquel del Pinsapo, una asociación cultural solidaria que se preocupa también por mejorar esta zona desfavorecida que, como lamentan, «ha superado con creces» otros focos similares de la ciudad, «como son el Polígono Sur o el histórico asentamiento chabolista del Vacie».

El cabreo vecinal se materializará en unos escritos de denuncia que la asociación va a presentar a los principales partidos políticos, incluido el PSOE, para pedir su apoyo en esta «lucha diaria» por combatir «la estigmatización cronificada» que padecen en sus propias carnes Los Pajaritos.

Y es que el plan integral diseñado para la zona no termina de despegar. «Apenas se ha hecho un ridículo 10% de todo lo anunciado y prometido». Tampoco prosperan las peticiones en el distrito. «Llevamos dos años y medio para que cambien de sitio un banco de la plaza de las Candelarias. Es moverlo solo unos metros, para que la gente no se tropiece con él. No tenemos nada. Por no tener ni respuesta», señala el presidente vecinal, que recuerda que también está pedida la reparación de la barandilla metálica que aplastó la caída de una palmera». El listado suma y sigue con otras quejas como la limpieza, para la que proponen «una vuelta al sistema antiguo con escoba y barrenderos»; la poda, «que no se realiza desde hace cuatro años»; o los servicios sociales de la UTS (Unidad de Trabajo Social) de Amate, que «no está al cien por cien porque la Junta de Andalucía no aporta el dinero necesario».

Medidas que consideran necesarias para la normalización de una zona en la que se junta el hambre con las ganas de comer: «El problema es la poca sensibilidad y cariño de los organismos oficiales con los problemas de Los Pajaritos. Les están robando el futuro a los niños. Qué les van a esperar si no tienen ni para comer. La juventud tampoco tiene alternativas. Ahora la mayor preocupación de esta entidad es que termine la obra de la primera manzana y se continúen con el total de las 523 viviendas que restan. ¡Qué no olviden que en estos infrapisos también viven niños pequeños!»