Pedro Halffter deja con ganas de más

El director se baja del podio de la Sinfónica de Sevilla tras diez años al frente

26 jun 2015 / 22:37 h - Actualizado: 27 jun 2015 / 10:06 h.
"Música"
  • El maestro Pedro Halffter, ayer durante su último concierto como director artístico de la ROSS. / Manuel Gómez
    El maestro Pedro Halffter, ayer durante su último concierto como director artístico de la ROSS. / Manuel Gómez

Su salida ha sido tan compleja como su llegada. Por medio, diez años fundamentales en la historia de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) y el Teatro de la Maestranza. Pedro Halffter (Madrid, 1971) se bajó ayer del podio, clausurando una década de trabajo como director artístico y musical de la orquesta. Aunque su marcha no es definitiva: tiene aun por delante dos años en los que permanecerá ligado a la ciudad como responsable artístico del coliseo.

Saludado con alborozo por el que fuera delegado de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, Juan Carlos Marset, en 2005, y con el visto bueno de toda la administración política (Junta, Diputación y Gobierno) socialista –el mismo partido que años más tarde se volvería en su contra–, Halffter fue nombrado nuevo director titular del Maestranza y la ROSS en sustitución de José Luis Castro y Alain Lombard, respectivamente. El carácter renovador de los planteamientos programativos del madrileño y sus padrinos políticos de signo progresista obtuvieron una bronca respuesta por el sector más reaccionario de la crítica sevillana –que tenía sus propios planes para el teatro– que propició un manifiesto en su contra.

Con el nombramiento hecho efectivo, Pedro Halffter planteó en la temporada 2005-2006 el programa, efectivamente, más ambicioso de cuantos se han disfrutado hasta hoy mismo en la ciudad. El siglo XX –y el XXI– se normalizaba en el ciclo sinfónico y una ópera importante del siglo pasado, Lulú, de Alban Berg, se ofrecía en el programa lírico, un auténtico revulsivo que marcaría un antes y un después en la historia del teatro.

Halffter se enfrentó a un múltiple reto: demostrar que la música no es sólo un espectáculo y pirotecnia –como así había venido ofreciéndose en el Maestranza desde la Expo’92–, profundizar en el binomio ‘arte=vida’, educar, formar espectadores y atraer a nuevos espectáculos. También ha tenido, junto con la actual gerente del coliseo, Remedios Navarro, que repensar un modelo financiero que, hasta los primeros años del nuevo milenio, era estable. Con la crisis sobrevenida, la búsqueda de nuevos patronos se impuso como una necesaria realidad. A su vez, en el campo artístico, Halffter se vio obligado a moderar sus anhelos modernistas. Y la proyección discográfica prevista quedó en dique seco.

Con todo, en el campo puramente programativo quedan como aciertos históricos la apuesta por la ópera barroca Julio César, de Haendel, con puesta en escena de Herbert Wernicke y con la Orquesta Barroca de Sevilla–, en 2008, un hito que no volvió a repetirse. Que la Sinfónica llevara a sus atriles en octubre de 2008 la monumental partitura Des canyons aux étoiles (1971), en el centenario de su creador, Olivier Messiaen, también ha de contemplarse como una ocasión histórica. Las óperas Der ferne Klang, de Franz Schreker; en 2006, Doktor Faust, de Ferrucio Busoni, vista en 2008, y La mujer silenciosa, de Richard Strauss; en 2009, programadas por Halffter, consiguieron colocar al Maestranza bajo el foco de la atención internacional, protagonizando páginas en medios especializados de toda Europa, un logro nunca antes alcanzado.

Una apuesta esta que mantiene vigente, como así lo demuestra el reciente estreno en España de Doctor Atomic, de John Adams; y el ya anunciado Rey Candaules, de Zemlinsky, en junio de 2016. Al frente de la Sinfónica también ha despachado la Tetralogía de Richard Wagner, junto a La Fura dels Baus, cuatro óperas cuya ejecución escenificada representan la mayoría de edad para cualquier teatro que se atreve a plantearlas.

En sus diez años al frente de la ROSS, Halffter ha tenido tiempo de despejar las primeras dudas iniciales de un público que creyó que el madrileño desterraría el repertorio clásico. Algo que no solo no sucedió si no que incentivó con integrales de Beethoven, Brahms y Chaikovski. Tras el primer director de la Sinfónica, Vjekoslav Sutej, Halffter ha sido el que más cariño visible del público ha cosechado, tras las espantadas y la escasa implicación de sus predecesores, Klaus Weise y Alain Lombard. El maestro fue incluso capaz de lograr que la crítica, en pleno, acabara claudicando ante la excelencia artística a la que ha llevado la Sinfónica de Sevilla. A la orquesta se la llevó dos veces de gira –a China y a Centroeuropa– y un patrocinio de tintes personales, a cargo de la Fundación BBVA, respaldó económicamente la viabilidad del proyecto.