«El flamenco es un ejemplo a seguir para nosotros, los latinos»

‘Balas y chocolate’ es el título del nuevo trabajo discográfico de esta cantante y antropóloga mexicana, un proyecto que habla de la muerte desde una absoluta pasión por la vida. Esta noche lo presentará en el Auditorio Rocío Jurado

29 jul 2015 / 09:42 h - Actualizado: 29 jul 2015 / 13:53 h.
"Música"
  • La cantante mexicana Lila Downs. / Alberto Martín (Efe)
    La cantante mexicana Lila Downs. / Alberto Martín (Efe)

La mexicana Lila Downs actúa esta noche (22.30) en el ciclo Los Veranos de Malandar, donde presentará Balas y chocolate, su último disco.

—Los europeos por lo general no hablamos de la muerte, la tenemos como escondida... ¿Ustedes en México se enfrentan mejor a ella?

—Creo que todos lo tenemos difícil con la muerte, quizá porque no nos queda otra [risas]. Pero el acercamiento a la Naturaleza, el tener presentes los principales personajes de nuestra mitología –la montaña, el río, los movimientos de los ciclos de la vida– son parte de toda esa poesía que nos lleva a nosotros a honrar a nuestros muertos en noviembre, después de la cosecha, con el maíz, el mole, el mezcal... Es un día de fiesta, los celebramos a ellos y también hacemos reflexión de la Historia. De eso se trata.

—En su país usted lo dijo ha habido demasiados muertos en las últimas décadas, y siguen penando. ¿Cómo podrían descansar en paz?

—¡Qué difícil responder a eso! Yo no tengo la solución, pero sí siento, como ser humano, como una mexicana más, las cosas terribles que nos pasan. Quizá hablarlas, cantarlas como en este disco, hacer memoria, sirva de algo. Nadie sabe exactamente qué está pasando, solo que tenemos muchos líos que resolver con nuestras instituciones. Pero el primer paso es darte cuenta de esa difícil situación en que estamos.

—¿Recordar a los 43 estudiantes de Iguala le ha quitado seguidores potenciales?

—No sé si habré perdido público, pero creo que lo hice con mucho cariño hacia mi país. Nunca he perdido esa pasión por México. Claro, hay personas que se alejan de la realidad porque en este momento eso no es lo que quieren oír. Pero nací así, es mi naturaleza, no puedo hacer otra cosa.

—¿Qué opina de los grupos de narcocorridos?

—También ellos están cantando sobre la realidad. será pecado o no, es otra área que no voy a juzgar. Como antropóloga respeto todas las expresiones del ser humano, y luego la sociedad decide qué va y qué no va. Lo seguro es que la violencia no nos lleva a ningún lugar bueno.

—¿Confía en que la música amanse a las fieras?

—Definitivamente. Creo en el poder transformador de la música, porque a mí me cambió la vida. Sé que puede moverte el piso y también puede mover montañas. Esa capacidad es el sueño de cada uno de los que nos dedicamos a esto de la música.

—Hábleme de dos colaboraciones de su disco, Juanes y Juan Gabriel. ¿Qué aportaron al trabajo?

—Son dos artistas muy queridos en Latinoamérica. Con Juanes llevaba tiempo queriendo hacer algo, y tuve la suerte de que él me buscó a mí, lo que me halaga. Le propuse un tema que habla de nuestro continente, de la Madre Tierra y de la necesidad de ser conscientes del peligro que corre... Y Juan Gabriel es un sueño hecho realidad. Le recé mucho a la Virgen de Guadalupe, le puse varias veladoras, y me hizo caso [risas].

—El público español, ¿es tan distinto del americano?

—En algunos casos lo parece, pero la esencia es la misma. Y la pasión, al entrega, el cariño que le tienen acá al arte y a la música. España es un lugar del que todos aprendemos y mamamos; incluso haciendo fusión entre tradición y modernidad. El flamenco es un ejemplo a seguir para nosotros, los latinos.

—A propósito, usted es conocida por unir también tradición y vanguardia. ¿Dónde está su límite, dónde decide detenerse?

—Es bien difícil, porque respeto mucho los símbolos de las mujeres que visto, y me duele si tengo que cortar algún textil, es como si se me deshiciera la conciencia. A veces soy más atrevida, pero bueno, todo vale mientras se hagan las cosas con gusto y con respeto. Y con la música es igual. Uno hace lo que puede, lo que considera lindo, hermoso, y esperas que el público piense igual.

—¿Cómo haría para que los mexicanos dejen de mirar a España como una madrastra sangrienta?

—Creo que el amor lo puede todo, y se va demostrando a través del tiempo. También nosotros, aunque nos quejamos mucho y ponemos el dedo en la llaga. Es bueno también ver las cosas que hemos hecho para no volver a caer en lo mismo, que es el destino del ser humano. Pero soy optimista y creo que unos y otros vamos mejorando.