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Cuadro de Velázquez vendido en la Sala Isbilya. / José Luis Montero -
¿750.000 euros es mucho o poco dinero? Pues depende, claro, porque de partida es una cantidad más que considerable, pero si decimos que eso es lo que ha costado un cuadro de Velázquez, ya cambia la cosa. De hecho, dicho así de sopetón, 750.000 euros parece poco por un Velázquez, pero esa es la cantidad en la que se remató en la casa Isbilya el Retrato de Felipe IV que salía a subasta. Y lo de la impresión de que no es un precio ni mucho menos disparatado también la tiene el propio director de Isbilya, José Muñoz, que ayer insistía una y otra vez en que la jugada le ha salido «muy barata» al comprador, que «podría haberse vendido mucho más cara» una pintura que el maestro sevillano pintó entre 1623 y 1626, una de las copias que hizo de un original que se conserva en el Museo del Prado.
¿Y sabemos algo del vendedor? Sólo que es un coleccionista español, pero no se quieren dar más detalles, ni siquiera su ubicación geográfica, apelando a la exigencia de confidencialidad impuesta por todos los actores de esta operación. «Tiene que comprender que estas cosas son así, ni el que compra ni el que vende quieren mucha publicidad».
Muñoz volvía una y otra vez a la «magnífica compra» que ha hecho el que se lleva el cuadro, a la vez que hacía una confesión: «Esperaba mucho más, pero lo importante era venderlo». El precio con el que se cerró la puja fue el de salida, 750.000 euros que están a años luz de los 2,5 millones que se pidieron en 2007.
La razón no es otra que la evidencia de que la pintura requiere ahora una importante restauración, porque no está en las mejores condiciones. «Pero cuando se haga, el cuadro va a quedar maravilloso», reiteraba Muñoz sobre la estrella de una subasta que continúa hoy.