155 metros de dulce Navidad

Un brazo gitano gigante recibe las fiestas navideñas y sirve, además, para recaudar fondos para personas que padecen una discapacidad

María Montiel marmondua /
03 dic 2015 / 00:35 h - Actualizado: 03 dic 2015 / 00:36 h.
"Solidaridad","Navidad"
  • El gigantesco brazo gitano solidario de Morón de la Frontera se agotó en apenas unas horas. / M.M.
    El gigantesco brazo gitano solidario de Morón de la Frontera se agotó en apenas unas horas. / M.M.

Amanece en Morón de la Frontera y el Pozo Nuevo es un hervidero de panaderos que rápidamente se afanan en cubrir metros y metros de brazo gitano. Una azucarada tradición solidaria que brinda el pistoletazo de salida a la Navidad moronense.

Fue hace 16 años cuando comenzaba esta rica iniciativa. En el año 1999, la Asociación de Discapacitados Psíquicos (Apadis) decidía realizar una actividad, en conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, para recaudar fondos. Así se fraguaba esta iniciativa que anima los días previos a las Fiestas Navideñas. Una actividad que este año se ha adelantado un día por la cercanía de las fiestas de la patrona de Morón de la Frontera, la Inmaculada Concepción, y la gran cantidad de actividades en los centros educativos, quienes consumen buena parte de este brazo gitano.

En sus inicios se comenzó con 30 metros de dulce para alcanzar, hoy día, los 155 metros de goloso manjar. Y, aunque el objetivo inicial era construir una unidad de día –que ya está finalizada– las necesidades económicas de la asociación «se costean en parte gracias al dulce» cuenta Isabela Campos vicepresidenta de Apadis.

El encargado de este solidario gesto es Tahona Parrillas quien, desde los inicios, se presta, de manera desinteresada, a realizar todo el pastel que fabrican durante los días previos en el obrador de una de sus pastelerías. Allí se amasan planchas y planchas de bizcochos que luego rellenan con nata o chocolate para luego cubrirlo también de una deliciosa nata que realizan pocas horas antes.

Un total de 300 docenas de huevos, 170 kilos de harina, 60 kilos de azúcar y más de cien de nata para adornar, además de otro tanto para el relleno, son los ingredientes que han sido utilizados para un pastel que se degustó, a un módico precio de dos euros, acompañado de un caliente chocolate.

Un espectáculo para los más golosos que tiene intención de continuar creciendo en longitud. Miguel Parrilla sueña con llegar a la iglesia de San Miguel una vez que pasen del Ayuntamiento, que era el lugar máximo donde se planteaban llegar. Ganas no le faltan a un pueblo que, en pocas horas, arrasó con el rico manjar.