Buscando al hombre más fuerte en Marchena

Tirar de un vehículo de diez toneladas o voltear siete veces un neumático de 140 kilos, entre las pruebas a las que se enfrentaron en la Liga Nacional de Fuerza

María Montiel marmondua /
29 jul 2017 / 22:30 h - Actualizado: 29 jul 2017 / 23:24 h.
  • Una de las pruebas que más impacto causó, el desplazamiento de camión. / M.M.
    Una de las pruebas que más impacto causó, el desplazamiento de camión. / M.M.
  • Uno de los concursantes en pleno esfuerzo. / M.M.
    Uno de los concursantes en pleno esfuerzo. / M.M.
  • Foto de familia de los ocho participantes. / M.M.
    Foto de familia de los ocho participantes. / M.M.

Ocho aguerridos guerreros se dieron cita este sábado en Marchena para enfrentarse a cinco pruebas de fuerza que decidirán quién es el hombre más fuerte de España en la Liga Nacional de Fuerza. Ni el sofocante calor que a las siete de la tarde hacía en la villa ducal podía con las ganas de estos competidores que saltaban al ruedo con ilusión en cada una de las pruebas.

Son guerreros cuya fuerza se mide ante unas duras competiciones que pocos pueden superar. El público, con la boca abierta, seguía cada una de ellas, asombrado por cada hito conseguido desde las gradas. Aplausos y sombrillas para sofocar el calor que no podía con las ganas de disfrutar de los marcheneros. Aunque caían chuzos de punta a las siete de la tarde, poco a poco, se fue congregando el público para ir animando. Para comenzar, una prueba, solo apta para los más fuertes: Cargar con un vehículo de diez toneladas. Sorprende la fuerza con la que tiran del camión, sin embargo, la rapidez con la que llega a la meta Roberto Rodríguez, campeón en el año 2014, levanta expectación entre los asistentes, que se quedan con la boca abierta.

Es de Vigo, pero no teme a las altas temperaturas que a esa hora se concentran en las pistas de atletismo de Marchena. Para él «es un reto, competir con estos grados». Viene de Servia, donde se lesionó el pasado fin de semana, si bien no puede faltar, porque si se le escapa alguna prueba no tiene «opciones a puntuar para el campeonato», cuenta este joven de 26 años que se marcha para Oporto a una exhibición. Su padre es dueño de un gimnasio y allí contactó con Emilio Marquinegui, de la organización de la liga. A pesar de creer que estaba en forma, en las primeras competiciones, «me di cuenta de que aún me quedaba mucho», explica mientras se protege la espalda antes de la prueba.

Su dieta a base de dos kilos y medios de carne, así como un duro entrenamiento de tres horas diarias hacen que su meta este año sea la Liga Nacional de Fuerza que ha comenzado este sábado en Marchena. Su rival más temido es David Mesa, subcampeón el año pasado.

Este espectáculo, organizado en colaboración con la delegación de Deportes del Ayuntamiento de Marchena, ya se celebró en la localidad en el año 2010, repitiendo siete años después en las pistas de atletismo, que eran un hervidero. El animador llegaba a cambiar «gorra por sombrilla» en varios momentos del espectáculo ante las altas temperaturas, que no pudieron con las ganas de animar a los espectadores.

En total fueron cinco pruebas, a cada cual más dura, comenzando por el arrastre de camión de diez toneladas. El público era más bien incrédulo. «Eso lo ha movido el conductor», señalaba un pequeño a su padre cuando el camión se arrastraba varios metros con la fuerza del gaditano Javier Quintero.

Le seguía la ruleta rusa de levantamiento de cilindro, donde los atletas levantaron un cilindro de 100 kilos, subiendo de peso progresivamente de 10 en 10. Tres competidores se midieron ante 140 kilos al final, tras ir descartando competidores. El speaker animaba mientras se tambaleaban ante el cilindro que, como si fuera peso pluma, levantaba finalmente Rodríguez con la cara sudando por el duro esfuerzo durante la tarde.

Prueba a prueba se iban sucediendo una a una pasando al yugo de 400 kilos sobre las espalda andando 20 metros, muchos de ellos a duras penas. Comenzaba Cristián Pérez quien, con esfuerzo, conseguía el reto marcado por la organización. Por cierto, muchos aplausos cuando desde la organización movían el yugo al lugar de salida.

Cuando caía la tarde y más personas se congregaban, era el turno del paseo del granjero, donde se cargaba con dos bombonas de 140 kilos en cada una de las manos. Según explicaron desde la organización, «en la competición siempre son ocho e igual que en todas las competiciones hay suplentes por si alguno se lesiona», algo muy común por la dureza de las pruebas. Para finalizar, el volteo de neumático de 400 kilos siete veces, a la mayor rapidez posible. Una prueba que ya se agradecía por la bajada de la temperatura.

Quedan aún cuatro competiciones donde se medirán ante estas difíciles pruebas. Su meta será ganar esta liga que decidirá finalmente quién es el hombre más fuerte de España. Son auténticos guerreros entrenados, como decía el speaker, con «fuerza, fuerza y fuerza».