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Una mesa electoral en Tomares, durante las pasadas elecciones andaluzas. / Pepo Herrera
Más de un millón y medio de sevillanos están llamados hoy a unos colegios electorales donde reposarán un arco iris de papeletas que hacía tiempo que no se veía en una cita con las urnas. Tal vez comparable únicamente a la efervescencia de los primeros pasos de la democracia. Sólo en la provincia de Sevilla concurrirán 455 candidaturas, 24 más que en 2011 –donde ya aparecieron nuevas fuerzas como UPyD–, pero 50 más que hace ocho años. No sólo vienen de Ciudadanos, que focaliza sus esfuerzos en el Aljarafe, ni de Podemos, cuya marca no se expone en las locales –Pablo Iglesias la tiene guardada para el asalto a La Moncloa–, pero sí sus círculos ciudadanos, que concurren en prácticamente una treintena de pueblos bajo definiciones de todo tipo, que van desde el Se Puede hasta Ganemos. Los llamados independientes también asoman y echan raíces. Y, algunos, con serias opciones de ocupar alguna de las 1.487 actas de concejal que se juegan en este envite.
No serán, por tanto, meras comparsas en un escenario en el que las excepciones será los gobiernos en mayoría. De hecho, una vez que termine el recuento, sólo habrá un puñado de alcaldes elegidos ante tanto mapa fragmentado. Sólo 11 municipios sevillanos tienen garantizado tal privilegio: Cazalla de la Sierra, San Nicolás del Puerto, Cañada Rosal, Algámitas Albaida, Castilleja del Campo, El Ronquillo, Huévar, Villamanrique de la Condesa, Los Molares y Alcolea Río. Y lo tienen porque sólo concurren dos fuerzas políticas, el PSOE y el PP, los únicos que han presentado candidaturas en todos los municipios.
El resto, salvo excepciones en las que la mayoría de un partido se atisba desde antes incluso de la campaña, se dirimirán en 20 días, que es el tiempo establecido para buscar alianzas y pactos en los ayuntamientos en los que la lista más votada no ha obtenido la mitad más uno de los concejales en liza. Ya la pasada legislatura sirvió de perfecto banco de pruebas, con casi la mitad del mapa político de la provincia, es decir, 47 ayuntamientos, en minoría. El resultado no pudo ser mejor: pese a la inestabilidad política que supone, apenas hubo cambios de signo político, con cinco mociones de censura y un relevo ya pactado de inicio entre formaciones (APSM y PP) en Sanlúcar la Mayor.
Pese a lo novedoso de este panorama, cada partido sabe qué bazas está jugando y las opciones que tiene. El PSOE parte de la premisa de agrandar su leyenda y ser, una vez más, la fuerza más votada en la provincia. Pero su objetivo va más allá de eso. Quiere vencer y volver a convencer. Quiere amarrar las mayorías en sus grandes feudos no ya en Sevilla, sino en Andalucía como Dos Hermanas y Alcalá de Guadaíra. Y, de paso, tratar de recuperar parte de lo perdido en el tsunami azul de 2011, cuando perdió alcaldías clave como Estepa, Mairena del Alcor, Mairena del Aljarafe, Écija o Carmona.
Muchas de ellas fueron a parar a manos del PP, que se impuso en 16 municipios en 2011. La crisis económica y el último resultado de las andaluzas han lastrado su escalada. De puertas para adentro, el mensaje es resistir el envite y atar con «la buena gestión» en los gobiernos locales en los que se estrenaron hace sólo cuatro años. Retener el botín y, quién sabe, dar un zarpazo más en otro enclave del Aljarafe son sus retos.
El horizonte de IU está en tratar de reeditar lo hecho en 2011, cuando se impuso en 15 municipios, pese a perder comba en la Sierra Sur. Ahora, en plena renovación, encaran la cita con la idea de aglutinar todo el voto de la izquierda a pesar de las nuevas formaciones avaladas por la marca Podemos. Acude a las urnas en 81 municipios y, obviamente, la Sierra Sur y la Vega siguen siendo su principal granero, mientras que en la Sierra Norte apenas tiene repercusión.
Precisamente en esa comarca, el PA echa raíces desde tiempos inmemoriales, y esta cita no podía ser menos, por lo que concurre en 39 consistorios. Los andalucistas se encuentran ante un reto de supervivencia de su singladura, tras años de pérdida de peso político en las instituciones supramunicipales. Para ello, en la jornada de hoy estarán atentos a sus Alcaldías, sobre todo Utrera y Estepa, capitales de su marca en Sevilla.
El marco queda completado por Ciudadanos. El partido de Albert Rivera pretende pescar votos en el Aljarafe, en el que ha quedado demostrado –andaluzas dixit– que tiene cartel. Más dudas despierta si la amalgama de nomenclaturas de Podemos pueda calar en la ciudadanía. Y no olvidar citar a UPyD y preguntarse si logrará mantener los concejales logrados hace cuatro años o quedarán barridos del nuevo escenario.