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Pedro Mendoza es el nuevo director-conservador del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla. / J.A.F.
El pasado 3 de abril Antonino Sanz Matencio ponía fin a su etapa como director del Parque Natural Sierra Norte. Su lugar lo ocupa desde entonces Pedro Mendoza Domínguez, quien se impuso en la elección a otros trece candidatos. De Mendoza podemos decir que tiene 50 años y es Ingeniero Técnico Forestal y diplomado en Dirección de Empresas por el Instituto San Telmo. Con una amplia trayectoria profesional, hay que destacar, sobremanera, su vinculación al dispositivo del Infoca en Sevilla: fue subdirector del Centro Operativo Provincial del mismo entre 2000 y 2005 y responsable del dispositivo al nivel provincial. El nuevo director encara una nueva etapa en su vida ilusionante y cargada de trabajo. De primeras, debe afrontar la redacción Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) y el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG).
—¿Qué supone ser Director de un Parque Natural?
—Profesionalmente significa mucho. Es un trabajo especialmente bonito para mí. Siempre he estado en el sector público, llevo ya veintitantos años, pero este ámbito de Parque Natural no lo había pisado y me apetecía mucho. Es un trabajo muy grato, muy intenso y muy difícil porque en el Parque Natural entra todo y tiene que salir todo también. Se tocan todos los ámbitos, es un trabajo muy completo. Muy expuesto también, para lo malo y para lo bueno, pero creo que se puede ayudar mucho al territorio en ese sitio con convenios, con los recursos que tenemos, pero con mucha ilusión, actitud positiva se puede llegar a avanzar.
—¿Cuáles son los principales problemas que ve en el parque y cuáles las oportunidades?
—Problemas, quizá, que hay cierta tensión con la Administración en determinados ámbitos. Tal vez dentro de este territorio no se ha sabido informar bien a la ciudadanía de las posibilidades que tiene el Parque Natural y se ha informado mucho más de las restricciones que de las posibilidades y el potencial que da el abanico de recursos naturales que disponemos en el Parque Natural. Esa es la cara más amarga con la que tienes que luchar, informando en el ámbito de la normativa medioambiental pero también de las posibilidades. Es decir, que siempre hay formas de hacer las cosas y formas de hacerlas dentro de un entorno natural, en base a la normativa y al emprendimiento, y siempre hay un término medio que es el que debemos saber buscar entre todos. Dentro de la parte positiva, la verdad es que hay muchos recursos, no solamente a nivel de inversiones aunque sí te da capacidades de toma de decisiones, de apoyos institucionales, apoyos políticos y públicos, para ayudar al emprendimiento rural.
—¿Cómo valora el trabajo de su antecesor Antonino Sanz?
—Muy bien. De hecho, lo difícil para mí va a ser ponerme al nivel de su trabajo. Tiene un nivel profesional altísimo. Le tienen mucho cariño y me lo demuestran cada día las corporaciones municipales, las asociaciones, la gente. Tiene amigos dentro del parque a mansalva. Eso, después de cinco años que ha estado me parece encomiable, y, a parte, la organización del trabajo y el trabajo previo que ha hecho ha sido muy bueno, tanto de él como del resto de directores conservadores.
—Nada más tomar posesión del cargo se encuentra con el primer reto, la redacción del PORN y el PRUG. ¿Cómo afronta tal hecho?
—Es un tema complicado. Tenemos mucha normativa y los PORN y los PRUG lo que hacen es aglutinar la norma y dar determinadas condiciones específicas para cada parque. Toca desde temas urbanísticos hasta asuntos de sonificaciones, y hace una regulación amoldada a las necesidades del espacio natural y priorizando la sostenibilidad de ese espacio y la mejora a ser posible. Ese equilibrio entre desarrollo y sostenibilidad es difícil de conseguir pero es conseguible. Es un documento que tiene que ser de consenso. Debe estar consensuado y alineado con el resto de PORN y PRUG de los dos parques hermanos (Aracena y picos de Aroche y Hornachuelos) y del resto de los parques. No puede tener normas diferentes a los otros, hay que alinearlos. Ahí tenemos tarea grande.
—¿Entiende que puedan chocar las políticas locales y las políticas del parque?
—Las políticas del parque siempre tienen que estar unidas a las necesidades del territorio. Históricamente se ha vivido los parques como una auditoría del territorio, de los espacios naturales, siempre prohibiendo, y sin embargo, yo creo que la política de la consejería es mucho más en pos del desarrollo. Es verdad que a veces hay divergencias de posturas de las políticas locales y, yo no diría de las políticas del parque, sino ambientales de la consejería pero cada vez más se va trabajando de la mano. Y es que no hay otra forma, todos al final persiguen el bien del territorio, cada uno bajo su percepción.
—¿Entiende que los ciudadanos vean al Parque Natural como un órgano sancionador más que como órgano gestor?
—Te mentiría si te dijera que no. En un ámbito bastante grande sí se sigue viendo no solo como un órgano sancionador o auditor. En tres meses he estado en muchos sitios, muchas charlas, me he presentado a todo el mundo que he podido y se reciben muchas cosas. Lo primero que hace un dueño de una finca si tiene un nido de águila en la finca es: no se me ocurre decírselo a Medio Ambiente porque entonces ya verás tú. Y sin embargo Medio Ambiente lleva muchísimos años trabajando con programas de protección que lo que hace es, si tiene convenio con un particular le da una serie de ayudas o bonificaciones de forma que ese beneficio para la sociedad busque ese equilibrio con el particular. En ese ámbito tengo claro que el equilibrio entre Medio Ambiente y desarrollo es perfectamente viable y lo que hay es que ayudar a hacer las cosas como deben de hacerse.
—Otro de los retos a los que se enfrenta es a la consolidación de condición de geoparque. ¿Cómo lo lleva?
—El trabajo que da el tema de geoparque es tremendo, pero sin embargo, el potencial que da y la visualización que da fuera tanto a nivel nacional, europeo, incluso mundial del Parque Natural fuera es impresionante y yo creo que desde dentro del territorio no se tiene esa percepción. Esa carga de trabajo se asume con mucha motivación porque tiene un potencial de visualizarse fuera impresionante y además como destino turístico.
—Siendo persona muy ligada al Infoca y tras un verano, el de 2017, especialmente intenso en cuanto a incendios, ¿cómo afronta este nuevo verano como director de un Parque Natural?
—Afronto el verano con la mochila metida en el coche, porque aunque ya dejé el tema de Infoca, es verdad que he estado muchos años. Los incendios no van a terminar nunca porque estamos en un clima mediterráneo y es imposible eliminarlos, pero lo que sí tenemos que eliminar son las causas artificiosas o antropológicas que causan esos incendios. Ahí es donde yo pretendo ayudar al COR de Sevilla en mi conocimiento de la sierra, del Parque Natural en donde pueda incidir, de la zona más peligrosa, labores preventivas e información a la población o ayudar en la investigación sobre causa. La problemática no se puede ocultar nunca, hay que echarle cara, hay que ir por ella e intentar resolver el problema.
—Una parte importante del Parque Natural siempre ha sido la del sector del voluntariado, aunque ahora parece que su situación ha cambiado. ¿Qué función va a tener con usted este voluntariado?
—El voluntariado sigue ahí, ahora por nivel de nomenclatura no se utiliza como voluntariado medioambiental pero sigue existiendo. Creo que es una fuente inagotable de buenas actitudes y de ejemplo para la sociedad. Mi antecesor ha trabajado muchísimo en ese tema y yo estoy dispuesto a seguirle la estela porque creo que es el camino. La consejería en vez de trabajar directamente lo que hace es dar subvenciones asociadas a la educación medioambiental. Me parece una actividad preciosa porque permite fomentar no sólo el voluntariado sino el amor por la naturaleza. Se crea cantera y es una forma muy bonita de acercarse a la sociedad.