El legado de Bonsor al alcance de la mano

El Archivo General de Andalucía finaliza la revisión del fondo, que ya puede consultarse de forma libre

Alberto Guillén Aguillenito /
11 feb 2018 / 21:11 h - Actualizado: 12 feb 2018 / 10:24 h.
"Arte","Patrimonio","Arqueología","Artes plásticas"
  • La arqueóloga municipal, Ana Gómez, en una de las estancias de la Casa Museo Bonsor Castillo de Mairena con una fotografía del protagonista. / A.G.
    La arqueóloga municipal, Ana Gómez, en una de las estancias de la Casa Museo Bonsor Castillo de Mairena con una fotografía del protagonista. / A.G.

El significativo patrimonio legado por Jorge Bonsor es ya un poco más de todos si cabe, debido a la liberación de nuevos documentos relacionados con su trabajo e inquietudes. Ahora es la biblioteca personal del arqueólogo la que está finalmente al alcance de investigadores y curiosos, gracias a la labor del Archivo General de Andalucía, donde puede consultarse el fondo, nuevamente revisado desde finales de 2017. Ana Gómez, arqueóloga municipal del Ayuntamiento de Mairena del Alcor y directora de la Casa-Museo Bonsor Castillo de Mairena, ha valorado muy positivamente el hecho, amén de destacar «el importante trabajo realizado por todo el equipo a lo largo de estos años», y cuya revisión ha estado supervisada por el técnico, Francisco Trujillo.

De padre inglés y madre francesa, el joven George Edward Bonsor (Lille, 1855, Mairena del Alcor, 1930), llegó por primera vez a España recién licenciado en Bellas Artes, en 1879, buscando motivos para su pintura, influenciado por el romanticismo de la época. Lejos de cumplir sus pretensiones artísticas, aunque nunca abandonó su pasión por los pinceles como demuestran muchos de sus trabajos conservados, a la postre acabó convirtiéndose en uno de los padres de la arqueología moderna, con importantes hitos en su haber, como la excavación de la Necrópolis de Carmona, las ruinas de Baelo Claudia, o los monumentos funerarios de Gandul, por citar algunos.

En 1902 adquirió el Castillo de Mairena, donde desde entonces centró su labor, como explica Ana Gómez, «con la idea de restaurar y adaptar el monumento como residencia privada y museo donde exponer el fruto de sus excavaciones». Antes de su muerte, en agosto de 1930, llegó a ser director de la sección arqueológica de la Exposición Iberoamericana de Sevilla y cedió al Estado de manera altruista la titularidad de la Necrópolis Romana de Carmona y su museo. El resto de su impresionante legado patrimonial y cultural pasó a ser propiedad de su viuda, Dolores Simó, a la que el Ayuntamiento de Mairena llegó a comprar dicha biblioteca, que posteriormente se depositó en el Archivo General de Andalucía.

Prolífica documentación

En el lote, que se puede consultar libremente y está dividido entre documentación y publicaciones, Bonsor llegó a reunir un fondo especializado que cuenta con más de mil ejemplares, compuesto por más de 300 libros, 552 folletos y más de 400 piezas entre periódicos, revistas, impresos y recortes de prensa. Entre los libros, explica Gómez, «destacan bastantes guías de viaje, como la Guía Murray de España, donde aparece por primera vez la Necrópolis de Carmona». Además, el fondo ofrece hasta 19 títulos escritos por Bonsor, como El terremoto de 1504 en Carmona y Los Alcores (1918), el recientemente reeditado Tartessos (1921), o El Coto de Doñana, una visita arqueológica (1922).

Una parte muy importante del fondo la ocupa el material relativo a su desempeño arqueológico, ya que, gracias a su carácter metódico, ha llegado hasta nosotros un fiel retrato de su actividad. Como puntualiza la arqueóloga municipal, «registraba en sus cuadernos de manera muy precisa todo lo que hacía. En sus diarios de excavaciones, por ejemplo, puede verse lo meticuloso que era. Apuntaba ubicaciones, hallazgos, medidas o descripciones e incluso solía acompañarlos de mapas y dibujos que él mismo hacía».

Se conserva también una abundante correspondencia con personalidades destacadas de la época, como Luis Siret, Horace Sandars o Pierre Paris, que «fue con quien excavó Baelo Claudia y con el que se conserva una intensa correspondencia, sin duda mantuvieron una estrecha amistad», puntualiza la arqueóloga municipal. Precisamente de Paris, se conserva un ejemplar de su obra La Sculpture Antique, donde se observa una amistosa dedicatoria a Bonsor. Otra epístola que llama la atención es la enviada al ilustre Juan Ramón Mélida, «en el momento en que estaba excavando el Teatro de Mérida, y donde le da indicaciones sobre cómo gestionar el yacimiento, basándose en su experiencia de la Necrópolis de Carmona, que no hay que olvidar que fue el primer centro arqueológico abierto al público en España», explica Gómez.

Algunas piezas de su biblioteca personal están reproducidas en la Casa Museo Bonsor Castillo de Mairena, donde pueden contemplarse públicamente. La fortaleza medieval supone el verdadero buque insignia del legado de Bonsor y acoge un indiscutible tesoro patrimonial. Entre los muros del monumento, que alberga una superficie de 500 metros cuadrados, se conservan 6.000 piezas, principalmente provenientes de sus excavaciones, como la cabeza del precepto de César, Lucio Servilio Polio, extraída en Carmona, o los ajuares funerarios descubiertos en Gandul. Y no solo piezas arqueológicas, los visitantes podrán observar parte del mobiliario original con que dotó Bonsor a su residencia e incluso algunas de sus pinturas.