El santuario de las bicicletas antiguas

La Asociación La Sana, creado por la pareja formada por Mariano e Isabel, recupera la bicicleta antigua desde Utrera

24 feb 2017 / 06:52 h - Actualizado: 24 feb 2017 / 10:46 h.
"Sociedad"
  • Los miembros de la asociación recorren las calles con sus bicis e indumentarias de época. / El Correo
    Los miembros de la asociación recorren las calles con sus bicis e indumentarias de época. / El Correo
  • Los promotores de la iniciativa, Mariano e Isabel.
    Los promotores de la iniciativa, Mariano e Isabel.
  • Mariano repara una de las bicicletas antiguas en su taller. / V. C.
    Mariano repara una de las bicicletas antiguas en su taller. / V. C.

Utrera se ha convertido en referente andaluz y nacional en la recuperación de bicicletas antiguas de época gracias al joven matrimonio formado por Mariano García Anaya e Isabel Rojas Cabezas al que, además del amor, les une su pasión por el deporte y por las antigüedades. Esta sería resumidamente la historia que se inició hace ocho años cuando ambos decidieron arreglar la vieja bicicleta del abuelo de Isabel. En este punto se les encendió a ambos, tras el buen resultado obtenido, la luz de una afición que les ha llevado a recuperar en este tiempo más de un centenar de bicicletas históricas y a realizar, ataviados con ropa de principios del siglo XX, exhibiciones tan realistas que son dignas de cualquier gran producción cinematográfica.

El proyecto tiene un nombre común, Asociación de Bicicletas de Época La Sana, un nombre que viene, no de lo saludable y sano que resulta la práctica deportiva del pedaleo, sino de otra afición en común que une a los protagonistas de esta historia: el cine antiguo español en blanco y negro. En concreto, hace alusión a la conocida película del célebre Tony Leblanc en cuya imitación de ir a la Luna desde Almería la Nasa americana era la Sana española.

La idea de crear esta asociación cuajo desde el primer momento con un reparto de funciones. Mariano es el mecánico encargado de recuperar las bicicletas antiguas en el taller de bicis y buscar piezas originales en anticuarios o por internet, e Isabel es la encargada en el taller de costura de reparar la ropa de época que se luce en los desfiles. El resultado no puede ser más espectacular. Cerca de cien bicicletas antiguas que desfilan muchos fines de semana y días festivos en Utrera u otros puntos de la provincia con esa indumentaria que hace retroceder en el tiempo y que causa admiración.

Del más de un centenar de bicicletas que el matrimonio guarda a buen recaudo en su garaje, la más valorada por los expertos es una bicicleta francesa de los años veinte del pasado siglo de la marca Jhon Thoman y que hoy, un siglo más tarde, funciona casi como el primer día con piezas originales.

Las bicicletas están divididas por bloques. De ellas, una treintena corresponden al grupo de las más antiguas conocidas como bicicletas de varilla y se sitúan en el tiempo entre las décadas de los años 20 y los 60 del pasado siglo. Otras cuarenta corresponden a los años 80, las conocidas ochenteras. Aquí hay una amplia gama de bicicletas con las que muchos de los de esta generación comenzaron a dar pedales por primera vez de marcas tan conocidas en esa época como Orbea, BH, GAC, Supercil o Torrot, entre otras.

En el último bloque de bicicletas están las posteriores, principalmente de competición de ciclismo en carretera de las que rara vez se realizan exposiciones o exhibiciones y los complementos como son un sidecar adaptado, un carrito de helados, un faro de carburo, uno de los primeros modelos de dinamos que se fabricaron, además de una bicicleta de tándem modificada invertida, entre otras joyas históricas vinculadas al velocípedo.

Cerca de una veintena de personas forman parte de esta asociación cuyos trámites legales para su reconocimiento oficial se están realizando en estos días y que son los que participan en las exhibiciones que realiza el colectivo, donde están comenzando a ser asiduos, ya que se les reclama para ambientar eventos.

De esta forma en estas exhibiciones pueden verse bicicletas con personajes peculiares como el cura, el monaguillo, el médico rural, el zapatero, el repartidor de periódicos, el vendedor de gaseosa La Casera, el hortelano, el repartidor de huevos, el vendedor de leche, el afilador y familia con niños de paseo, entre otros.

El espectáculo de retroceder en el tiempo al ver estas exhibiciones de la Asociación de Bicicletas de Época La Sana puede contemplarse muchos fines de semana, principalmente en Utrera, y también en otros puntos de la provincia como la capital o Espartinas, donde el colectivo es ya un asiduo.

El problema, según explicó Mariano García, para realizar desplazamientos es lo complicado de mover un número importante de bicicletas, con las que hay que ser muy cuidadoso por sus especiales características, sin tener que desmostarlas para no perder tiempo. Por ello, el colectivo no realiza tantas salidas como quisiera, ni puede desplazar todas sus bicicletas, pese a que en la asociación hay una lista de espera de personas que se ofrecen para pedalear con estas joyas de las dos ruedas.

La intención de Mariano e Isabel y de su asociación es seguir recuperando modelos antiguos para incrementar su particular museo y hacer a Utrera un santuario y un lugar obligado de paso para los amantes de este transporte de dos ruedas.