El servicio Bus+ Bici, un lustro cuesta abajo y sin frenos

Pierde más de 5.000 usuarios en un año y sufre el mayor descenso desde su puesta en marcha

18 ene 2017 / 22:11 h - Actualizado: 18 ene 2017 / 22:14 h.
"Transportes","Bicicleta"
  • La estación de Plaza de Armas presta este servicio desde septiembre de 2006. / El Correo
    La estación de Plaza de Armas presta este servicio desde septiembre de 2006. / El Correo

No son buenos tiempos para la bicicleta en la provincia de Sevilla, al menos en lo que respecta al servicio de préstamo gratuito Bus+Bici, dependiente del Consorcio Metropolitano de Transportes y que se presta desde la estación de autobuses Plaza de Armas, que va cuesta abajo y sin frenos dado que ha experimentado en 2016 un descenso de 5.228 usuarios, lo que supone su mayor caída en un lustro teniendo en cuenta que en sus primeros siete años de vida –se puso en marcha en 2006– no hizo otra cosa que crecer.

En concreto, según los datos correspondientes al año pasado, un total de 29.380 sevillanos procedentes de los 45 municipios consorciados hicieron uso del servicio con respecto a los 34.608 que se contabilizaron en 2015. Hay que remontarse a 2012 para constatar la última subida que experimentó el Bus+Bici, cuyo pico más alto de usuarios se situó en 41.580. Desde entonces y hasta ahora, se han perdido más de 12.000 adhesiones al servicio. La justificación, según la Consejería de Fomento y Vivienda, se encuentra en que el Bus+Bici está «muy condicionado» por factores externos a su prestación. En primer lugar, la Junta señala la caída de la demanda del transporte público en general y de los autobuses del consorcio en particular, a cuya tarjeta de transporte se encuentra vinculado el Bus+Bici. Íntimamente ligados a estos factores están el desempleo, la disminución de la actividad económica y el descenso de las matriculaciones universitarias, o lo que es lo mismo, menos gente desplazándose en bicicleta al trabajo, a realizar compras o a estudiar.

Para la Consejería, el uso de la bicicleta propia y el descenso de la actividad lectiva por los conflictos educativos y universitarios son también factores influyentes en la bajada de usuarios del servicio, al igual que la climatología adversa. En este sentido, Fomento apunta que 2016 ha sido sensiblemente más lluvioso que 2015, concretamente, 76 días de 366 frente a 61 de 365, lo cual disuade a los sevillanos de coger la bicicleta.

Y no solo la lluvia, porque el frío y el calor son determinantes a la hora de ponerse a pedalear por la provincia. No en vano, los meses de entretiempo, como febrero, marzo, septiembre y octubre fueron los de mayor uso del Bus+Bici, mientras que los de peores cifras fueron enero, julio, agosto y diciembre.

Como dato positivo, sin embargo, la Junta resalta que el número de usuarios inscritos al servicio se ha situado en 8.842 en 2016, casi 600 más que en 2015, mientras que la valoración global del Bus+Bici en la encuesta anual del pasado año –que se está procesando en la actualidad– se sitúa en 8,76 puntos sobre 10.

A CONTRAMANO ACHACA LA CAÍDA A LA FALTA DE PROMOCIÓN DE LA BICI

Colectivos ciclistas como A Contramano tienen su propia visión del descenso en el uso del Bus+Bici. Su presidente, Ricardo Marqués, explica que, aunque lamenta los números, no le «sorprenden a tenor del abandono que están sufriendo las políticas de promoción de la bicicleta en los últimos años».

A su juicio, se han producido recortes y, por consiguiente, una merma en la calidad del servicio, «como una reposición solo nominal» de las bicicletas palpable en que estas se siguen agotando a las 10 de la mañana, apunta Marqués. Asimismo, el colectivo asegura haber detectado en múltiples ocasiones bicicletas con averías y falta de mantenimiento.

Marqués insiste, en cualquier caso, en que el problema es generalizado, dado que se está produciendo un deterioro general de las infraestructuras de la bicicleta y que «se fomenta mucho más el uso del coche mediante la construcción de nuevos aparcamientos para vehículos» en detrimento de las dos ruedas.

Una prueba de ello, según denuncia, está en la Universidad de Sevilla, donde como consecuencia de la paralización de la apuesta por la bicicleta, a los jóvenes universitarios se le está ampliando la oferta de estacionamientos para los turismos en lugar de ofrecerlos para las bicicletas.