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«Es una barbaridad pagar siete euros por el peaje»

Villalobos reclama más «sensibilidad» del Estado hacia la provincia de Sevilla y cree que 2018 tampoco será el año de los túneles de la SE-40

11 ene 2018 / 20:04 h - Actualizado: 11 ene 2018 / 20:07 h.
"Política","Carreteras","'Lo Hablamos'"
  • El presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, en el plató de ‘Lo Hablamos’. / El Correo TV
    El presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, en el plató de ‘Lo Hablamos’. / El Correo TV

La Diputación de Sevilla encara el recién estrenado año 2018 con varios retos por delante. El primero pasa por la puesta en marcha del nuevo presupuesto del ente provincial, que salió adelante con el voto favorable de los diputados del PSOE y la abstención de Cs. Unas cuentas de alrededor de 430 millones de euros de los que «unos 190 millones» irán, según indicó su presidente, Fernando Rodríguez Villalobos, «a los ayuntamientos de forma directa». Como reconoció este pasado miércoles en una entrevista concedida al espacio Lo Hablamos de El Correo Televisión, la institución goza de «un notable estado económico-financiario», lo que se traduce a su vez en una mayor disponibilidad presupuestaria para los municipios.

Lo que sigue reclamando Rodríguez Villalobos es que el Estado relaje la limitación del techo de gasto que impide, entre otras cosas, que la Diputación pueda invertir el remanente del que dispone. «Si pagamos en tiempo y forma, tenemos superávit, ¿por qué no nos dejan gastárnoslo?, advirtió. En caso de poder invertir esa cantidad, el presidente tiene claro que lo haría «en un plan de empleo en el que todas las administraciones sean corresponsables con una demanda que está en lo más alto de todas las encuestas». Pero es consciente de que no será sencillo y de que no es la única reclamación que hace al Gobierno. «Quiero convencer al ministro Montoro de que tenemos una tarea muy importante por delante que es el tema de la financiación».

En el listado de las cuentas pendientes por parte del Estado hay otros asuntos a tener en cuenta. Uno de ellos es el de la construcción de los túneles bajo el Guadalquivir que completaría el trazado de la SE-40. Villalobos lo tiene claro. «Desgraciadamente tampoco habrá financiación este año», asegura. Y es que considera que el Gobierno de Madrid «practica una política torpe» por la que «los andaluces les castigan». Algo muy similar a lo que sucede en el caso del peaje de la autopista a Cádiz. «Es una barbaridad que se pague más de siete euros por el peaje». El presidente cree que para dar una solución lo ideal es «dialogar hasta la saciedad» y que medidas más extremas como los cortes de carretera deben ser «lo último». Para todo ello reclama que «no haya fisuras entre todos los partidos políticos» y que todos a una reivindiquen al Estado «lo que es un clamor».

OTROS PROYECTOS

Rodríguez Villalobos se refirió también a la apertura de la iglesia de San Luis de los Franceses, propiedad de la Diputación de Sevilla. «Nos ha costado tiempo y presupuesto pero es una joya que teníamos que conservar». De momento son miles los sevillanos y turistas que visitan al edificio pero, de cara al futuro, al presidente le gustaría que «los chavales pudieran recibir clases ocasionales de arte». Pensando más a largo plazo, el objetivo pasaría por construir en los terrenos de la trasera del templo en «un museo provincial en el que se exponga todo el patrimonio», algo que solo llegará cuando «todos los pueblos de la provincia tengan un mínimo espacio cultural y escénico a su disposición».

En el lado negativo de la parcela cultural, Rodríguez Villalobos se refirió al estado de conservación del monasterio de San Isidoro del Campo, en el municipio de Santiponce. «Ahí tendríamos que implicarnos todas las administraciones, además de la iniciativa privada». Sobre el uso más adecuado para este espacio, el presidente señala que debe «estudiarse y consensuarse». Todo para garantizar el futuro de «un patrimonio digno de su mantenimiento y su conservación».

Rodríguez Villalobos mostró su satisfacción porque los sevillanos se sientan «orgullosos de ser de pueblo», algo que confirman las encuestas. «El 70 por ciento prefiere vivir en el pueblo a la ciudad». Un «éxito» que achaca a «las inversiones en infraestructuras y equipamientos en zonas rurales». El presidente cree en ello y adora el municipalismo, quizás por eso se siente «con fuerzas y energía» para seguir adelante. «Si no ya me hubiera ido». Lo que pase en 2019 es harina de otro costal. «En mi partido no elegimos a los candidatos en la barra de un bar», concluyó.