Intensa búsqueda por el agente que cayó al río en un rescate en Guillena

La enorme cantidad que llevaba el arroyo hizo imposible su rápida localización tras el accidente

18 mar 2018 / 21:20 h - Actualizado: 19 mar 2018 / 11:44 h.
"Sucesos"
  • Miembros de la Guardia Civil, ayer tarde, durante las labores de búsqueda en el arroyo donde desapareció el Guardia Civil de Guillena mientras trataba de socorrer a una pareja. / David Arjona (Efe)
    Miembros de la Guardia Civil, ayer tarde, durante las labores de búsqueda en el arroyo donde desapareció el Guardia Civil de Guillena mientras trataba de socorrer a una pareja. / David Arjona (Efe)
  • El ministro Zoido estuvo en la zona. / Efe
    El ministro Zoido estuvo en la zona. / Efe
  • Susana Díaz atiende a los medios de comunicación. / F.C. (Efe)
    Susana Díaz atiende a los medios de comunicación. / F.C. (Efe)
  • Intensa búsqueda por el agente que cayó al río en un rescate en Guillena

Más de 200 efectivos, y casi el mismo número de personas «rechazadas» que ayer acudían al puesto de mando avanzado¡ para ofrecerse como voluntarias, buscan al guardia civil de Guillena al que el pasado sábado por la noche se llevó la corriente cuando ayudaba a una familia cuyo coche se vio sorprendido por el barro cerca del arroyo Galapagar.

Cronológicamente, la historia comenzó poco después de las 20.00 horas del pasado sábado. Una pareja vecina de Sevilla capital cruzaba la localidad de Guillena, pero cuando llegaron al cruce para seguir adelante o coger el camino del cementerio se confundieron, y acabaron atascados en el barro. El primero que acudió en su ayuda fue el padre de uno de ellos, sin éxito. La Guardia Civil acudió. Fue imposible sacar del barro el vehículo Citröen monovolumen que llevaban, pero cuando intentaba ayudar, un resbalón hizo que perdiese pie el agente malagueño Diego Díaz, de 53 años de edad, que en pocos instantes se perdió de la vista de sus compañeros en mitad del arroyo.

La enorme cantidad de agua que llevaba el arroyo hizo imposible que fuese localizado de inmediato. Se avisó a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para que parase el desagüe de la presa que lo alimenta, desbordada tras las últimas lluvias, pero todos los intentos fueron inútiles.

Desde entonces, la búsqueda no ha parado ni un instante. Solamente el tiempo de tomar un bocadillo rápido y seguir.

Un gran despliegue

Los últimos en unirse, cuando fueron requeridos, fueron los efectivos del Plan Infoca, para realizar labores de desbroce y limpieza del cauce del arroyo Galapagar, al que cayó el agente. Los efectivos han limpiado distintos puntos y zonas para facilitar la búsqueda y la intervención de las unidades caninas para localizar al agente, de modo que cuando terminan las labores de limpieza en un sector, avisan a las unidades caninas y los buzos para que busquen en esa zona.

Es una búsqueda minuciosa, porque se trabaja en una zona muy extensa, con mucha agua tras las últimas lluvias y con unos nueve kilómetros de longitud, hasta la zona del Puente de La Algaba, donde se cree que es el límite para que llegue alguien arrastrado por la corriente en esa zona

El desaparecido es Diego Díaz Díaz, natural de Málaga y de 53 años de edad. Es agente de la Guardia Civil desde 1990, y acudió a la llamada de esta pareja cerca del arroyo Galapagar, en las inmediaciones del cementerio del municipio. Sus familiares llegaron al puesto de mando avanzado a primera hora de la mañana. Allí eran atendidos por los servicios de emergencia mientras las noticias, pocas, llegan desde el arroyo y su cauce.

El portavoz del 112, Antonio Pajuelo, informaba en el mismo lugar de los hechos de que «que hemos partido en cuatro trozos para maniobrar todos los operativos», distribuyendo patrullas en agua y orilla, con seguimiento incluso desde el aire, y mediante GPS, «de modo que cualquier novedad será comunicada de forma inmediata a la central del operativo».

Desde primera hora estaba también el alcalde de Guillena, Lorenzo Medina, que destacaba que es un agente «muy querido por los vecinos», que llevaba en el cuartel de este pueblo de 12.500 habitantes desde el año 2001.

Mientras los vecinos se prestaban a ayudar de la forma que fuese, las autoridades lo agradecían, aunque el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, pedía «se deje trabajar a los expertos, que están coordinados todos los dispositivos», agradeciendo «el trabajo desde primera hora de todas las administraciones, que están aquí todas coordinando todos los servicios».

Allí, agradeció a la Junta de Andalucía «desde el primer momento la coordinación de todos los efectivos», lamentando que «la lluvia torrencial» de los últimos días dificulta las labores, ya que «aunque se dio orden inmediata de que no desembalase el pantano, los propios aliviaderos hicieron que no se pudiera cortar de forma repentina el agua».

Con todo, la presidenta de la Junta de Andalucía, minutos después, pedía «prudencia», ya que «hay que evitar hacer prácticas que pongan en peligro la seguridad individual de cada uno y la de los que nos protegen». En el mismo puesto de mando, Díaz recordaba que «el tiempo parece que va variando, las lluvias cesan y tenemos que seguir teniendo la misma prudencia», pidiendo a la sociedad en general que se adopten «pautas de comportamiento de prudencia y seguridad para no ponernos en peligro ni a nosotros mismos ni a los cuerpos y fuerzas de seguridad que nos protegen».

Todo ello, con la mirada de los vecinos desde un puente cercano, pendientes en todo momento de lo que los periodistas pudiesen contar sobre las novedades en la búsqueda. En un pueblo pequeño con Guillena los agentes de la Guardia Civil son parte del vecindario, incluso si no viven físicamente entre los ciudadanos, y eso se notaba especialmente en sus calles ayer, donde no se habla de otra cosa que «del muchacho» al que se llevó la corriente.