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La alcaldesa de Santiponce, Carolina Casanova. / El Correo
Santiponce se ve envuelto en un mandato de locura política. Tras un año de gobierno de IU, fue destronado por el PSOE con ayuda de un PA en una alianza que se fracturó al poco, a excepción de un edil considerado tránsfuga por los andalucistas. La última vuelta de tuerca, un año después de la llegada al poder de los socialistas, ha venido del exalcalde de IU, José López, que busca la manera de «forzar» una cuestión de confianza de la alcaldesa, Carolina Casanova, que gobierna en minoría con cuatro ediles. Algo para lo que cuentan con la bendición del PA que, sin embargo, no pueden respaldar otro asalto al poder –moción de censura– porque cada edil solo puede quemar ese cartucho una vez por mandato y ya lo hicieron para aupar a Casanova, ahora enemiga a sus ojos.
Con todo, queda que Casanova se someta a esa llamada cuestión de confianza. Algo que está exclusivamente en su mano. Pese a ello, López señaló ayer que «cambiará impresiones» con otras fuerzas con objeto de que la alcaldesa «reaccione y recuerde que está en minoría». Así, recrimina a la alcaldesa el no celebrar sesiones mensuales, el «deterioro importante» de los servicios municipales, el impago de cuatro nóminas y la tardanza en la aprobación del presupuesto, entre otros asuntos. «Si esta mujer tuviera vergüenza política, presentaría la cuestión de confianza», aportó el portavoz del grupo municipal del PA, Justo Delgado.
Ante tanta crítica, Casanova fue tajante: solo ella puede someterse a la cuestión de confianza –cosa que no hará–. «La actitud de la oposición es bloquear cualquier actuación de la Alcaldía», indicó Casanova, que puso como ejemplo su propuesta para el Plan Supera V. Negó gravedad en el atraso de unas nóminas «que se están tramitando» y el daño a los servicios locales. «Todo esto es solo ruido», indicó la alcaldesa, que señaló que la gobernabilidad «está garantizada». Por último, estudian presentar una querella por injurias y calumnias ante «las gravísimas acusaciones» de López.