La Guardia Civil mantendrá un dispositivo continuo en Pedrera

La media de delitos en la localidad está muy por debajo de la provincial, según la Subdelegación

12 ene 2018 / 19:37 h - Actualizado: 12 ene 2018 / 20:34 h.
  • Imagen de la junta local de seguridad convocada por el Ayuntamiento de Pedrera. / F.C.
    Imagen de la junta local de seguridad convocada por el Ayuntamiento de Pedrera. / F.C.

Pedrera no es un pueblo especialmente problemático, pero la Guardia Civil mantendrá un dispositivo de refuerzo en la localidad. Serán de 20 a 37 agentes que se mantendrán de forma estable en el pueblo «el tiempo que haga falta», como explicó ayer a los periodistas el subdelegado del Gobierno en la provincia, Ricardo Gil-Toresano, al terminar la junta local de seguridad convocada tras los disturbios entre la población autóctona y la rumana de los últimos días.

Aparcada la polémica política de las horas anteriores, el alcalde, Antonio Nogales, recibió a los representantes de las distintas administraciones y cuerpos de seguridad en el Ayuntamiento poco antes de las diez de la mañana, para celebrarse una reunión de algo más de una hora de la que salió la conclusión de que, aunque los números, en materia de seguridad global, no son preocupantes, llevar a cabo tareas de seguridad pasiva ha sido positivo.

Así, Gil-Toresano aseguró, en declaraciones a los medios, que «la tasa de delincuencia de Pedrera está en el 12 por ciento, frente al 25 por ciento de la provincia y 40 por ciento del resto de España», de modo que, en coincidencia con Nogales, sostuvo que en el municipio se han producido problemas aislados, que no responden a una dinámica delictiva. Por ello, las medidas de vigilancia se mantendrán, con una presencia que oscilará entre los 20 y los 37 agentes, al tiempo que el subdelegado señalaba que tanto los tres ciudadanos de nacionalidad rumana como los cuatro naturales de Pedrera están a la espera de ser citados por la autoridad judicial, concretando que los tres rumanos ya no viven en el pueblo, sin que se aclarase a dónde se han mudado. Con todo, la conclusión de los presentes en la reunión es que en Pedrera no hay una situación de continuos delitos que haya hecho que se desencadene un brote xenófobo, sino que un asunto muy concreto provocó unos hechos en los que ha participado sólo una minoría de los vecinos.

No obstante, recordó que uno de los detenidos lo fue por incitar a través de las redes sociales a participar en actos violentos, con lo que ha sido tajante al señalar que «no sale gratis hacer este tipo de cosas y esconderse entre la masa o en las redes sociales para estimular el odio y la xenofobia».

De todo ello tomaron buena nota el coronel de la Guardia Civil de la Comandancia de Sevilla, Fernando Mora Moret, y el comandante responsable de la Sexta Compañía de Osuna, Agustín Luque, presentes en una reunión a la que, de forma indirecta, algunos vecinos estaban atentos desde la calle para tener de primera mano los datos de lo decidido en la misma.

Para Antonio Nogales, son varios los objetivos a alcanzar en un futuro próximo, en este municipio, tras unos tres días realmente convulsos, llamando a sus vecinos a que analicen «en qué hemos fallado todos, desde el alcalde hasta el último vecino pedrereño o rumano, y empezar a lavar la imagen de nuestro pueblo», ya que el edil sostiene que lo que se ha contado en torno al pueblo sevillano «ni mucho menos tiene que ver con lo que ha pasado».

En su comparecencia ante los medios, hizo autocrítica en torno a su polémica frase, la que aludía a que le gustaría ver «gente fusilada», entendiendo que también tendré que «lavar» su imagen por unas palabras irresponsables que manifestó «en una asamblea complicadísima», aunque recordó que, mientras que sólo se ha hecho pública una parte de ese vídeo, en la grabación «la gente me decía a por ellos, échalos, mátalos».

Por parte municipal, todo se va a comenzar a gestionar desde ya. La próxima semana habrá una primera reunión de colectivos como hermandades, Cáritas, partidos políticos o sindicatos, para canalizar la ayuda local a las personas que lo precisen, pero también con la premisa de «aislar anímicamente a los violentos y a los que quieren sacar rédito de estas situaciones».