La joven de La Rinconada murió tras una riña familiar

La Guardia Civil investiga las causas de la muerte de Ana, de 26 años y con dos hijos a su cargo. Varios testigos afirman que tuvo una fuerte discusión con tres familias antes del suceso

19 abr 2016 / 22:29 h - Actualizado: 20 abr 2016 / 16:42 h.
"Sucesos"
  • La Guardia Civil tapa con una sábana el féretro en el que sacaron a la víctima. / Álvaro García
    La Guardia Civil tapa con una sábana el féretro en el que sacaron a la víctima. / Álvaro García

«Los vecinos escucharon gritos, golpes y finalmente se cerró la persiana del domicilio que daba a la calle. Minutos más tarde salían tres individuos de la vivienda (dos mujeres y un varón) y desaparecían de la zona en un coche blanco». Es el relato de los vecinos de La Rinconada, que conocían de primera mano a la mujer que fue hallada muerta en su casa con un fuerte golpe en la cabeza y que prefirieron quedarse en el anonimato por miedo a posibles represalias.

La víctima, Ana D.V., de 26 años, viuda y madre de dos hijos (un niño de diez años y una niña de dos, de relaciones diferentes) fue encontrada en el suelo de su casa por un vecino, el mismo que alertó a las autoridades. Su viudedad –perdió a su marido el pasado diciembre– descartó desde un primer momento que se tratase de un caso de violencia de género, algo que se llegó a especular en las primeras horas, cuando las informaciones eran confusas.

El Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de La Rinconada abrió una investigación al respecto para tratar de dilucidar las circunstancias de la muerte y, al cierre de esta edición, no descartaba ninguna hipótesis. Movilizados los servicios de emergencia, y una vez en el interior de la vivienda, los agentes descubrieron en el suelo el cuerpo de esta mujer. Ni la puerta de acceso a la vivienda ni las ventanas habían sido forzadas, por lo que los investigadores sospecharon que la mujer habría «abierto la puerta» a una persona o varias personas conocidas, que serían los presuntos autores del homicidio. Lo que sí se habría descartado es la idea de que el crimen respondiera a un robo, según informaron fuentes policiales.

El cadáver presentaba un fuerte impacto en la cabeza. Pese a esta circunstancia, los investigadores no descartaron que en la agresión se hubiese utilizado también un arma blanca. Los agentes también rastrearon la escena del crimen en busca de huellas u otras pruebas del ataque.

Según testigos presenciales, en la mañana de ayer se produjo una fuerte discusión en la vivienda número 5 de la calle Gerardo Diego entre la fallecida y familiares del difunto marido. Los vecinos, preocupados por el estado de su vecina, acudieron después al inmueble. Al ver que no abría la puerta, intentaron primero abrir desde fuera una persiana, que se había cerrado bruscamente durante la discusión. Posteriormente se trasladaron al colegio de uno de los hijos de Ana. Allí constataron que la mujer no lo había recogido, algo «totalmente inusual en ella». «Fuimos rápidamente de nuevo a la vivienda y uno de nosotros saltó el muro y entró para ver qué pasaba. Teníamos un mal presagio y por desgracia se cumplió. Estaba tirada en el suelo, rodeada de sangre...», relató uno de los vecinos.

El suceso ha conmocionado a toda la población de La Rinconada, que no terminaba de asimilar lo ocurrido. Y más en el caso de Ana, cuyo entorno la consideraba «una vecina ejemplar y que no se metía en nada». Esa desolación también se trasladó al Ayuntamiento de La Rinconada. Después de celebrar una junta de portavoces, emitió un comunicado en el que expresó su consternación y profundo pesar por el homicidio de la joven de la localidad. En la nota, el Consistorio rinconero señaló que espera el «pronto esclarecimiento» de los hechos que acabaron «incomprensiblemente» con la vida de esta mujer, con el deseo de que la justicia pueda realizar «con agilidad y diligencia su labor». Por último, trasladó sus condolencias a sus familiares y de modo muy especial a sus hijos, «con nuestra clara disposición para el apoyo que puedan necesitar ante esta dura pérdida».