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Carlos Alberto Fernández defiende que el ejercicio físico personalizado está al alcance de cualquiera, que el problema es de prioridades. / El Correo -
Sobre estas líneas, sesión de trabajo personalizado en el gimnasio.
A la izquierda, Carlos Alberto Fernández posa con el logo de las instalaciones. / El Correo
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La pasión por una vida activa y saludable
El objetivo de ActitudFit es alcanzar el bienestar en el equilibrio entre estado físico, nutricional y mental
Las instalaciones de ActitudFit, en Tomares, son pulcras. El orden es casi milimétrico. Al entrar la sensación no es la misma que alguien pudiera tener al entrar en un gimnasio convencional en el que las máquinas se muestran invasivas, en los que el movimiento de personas no cesa –subidos en una de esas máquinas, yendo y viniendo de un lugar a otro para cambiar de ejercicios–. En ActitudFit todo está en calma, la tranquilidad se arremolina en las esquinas sin estorbar, al acecho. En la información que se ofrece a los que se acercan a estas instalaciones se puede leer que el objeto de la entidad: es el cultivo, desarrollo y afianzamiento de un estilo de vida activa y saludable cuya meta es alcanzar un bienestar en el equilibrio entre estado físico, nutricional y mental (ejercicio, nutrición y mente). Y parece que todo está preparado para que eso se consiga.
Nos recibe Carlos Alberto Fernández, un tipo tan agradable como enorme. Habla con tranquilidad y va contestando a nuestras preguntas con rigor. «Esto que veis es una sala, un estudio, de ejercicio físico personalizado (lo que se conoce como entrenamiento personal está dentro de este concepto). Ya habéis comprobado que no es un gimnasio convencional. Aquí se abarcan todo tipo de programas y de personas. De cualquier persona».
Nos interesa saber qué objetivos tiene marcados el centro cuando una persona entra por la puerta.
«Son muchos. Perder o ganar masa muscular, reducir la ansiedad o el estrés, recuperar una lesión o, por ejemplo, aumentar la fuerza muscular».
Carlos Alberto Fernández se dedica, también, al coaching. Y nos dice que en su negocio. «Esos objetivos, a veces, se consiguen con la ayuda que supone escuchar a las personas mientras realizan sus ejercicios. Y que, por supuesto, el cliente sienta que es atendido en ese aspecto. La mente hay que trabajarla para que el cuerpo funcione bien. Además, para lograr cumplir con un programa es necesaria una actitud positiva, una fortaleza mental suficiente».
¿Por qué vienen a vuestras instalaciones las personas? ¿Qué les trae hasta aquí?
«Son muy diversas. Tener un buen cuerpo, relajarse y olvidar la rutina, mejorar la salud. Cuando llegan se realiza una entrevista personal para conocer esas motivaciones personales y fijar los objetivos a nivel de riesgos de valores. Necesitamos información para adelantarnos a la aparición de posibles problemas. A veces, derivamos a la persona para un especialista se ocupe de su caso (médico, terapeuta, nutricionista u otro especialista en el campo de la medicina). Si no existen dudas desarrollamos los programas de actividad física que pueden ser presenciales o no. Nada queda a la improvisación, a la creatividad o a la invención».
Nos interesamos por esas programaciones de ejercicios físicos no presenciales.
«Hay personas que, por ejemplo, se dedican al senderismo o, sencillamente, no disponen de tiempo para venir al centro. A ellos se les explica que la actividad física es la que se realiza de forma natural de forma espontánea. Y que el ejercicio físico es el que se programa. No se trata de caminar sin una pauta. La intensidad, el tiempo que se realice el ejercicio, todo debe estar estudiado. Nosotros no podemos decir a un cliente que debe andar media hora y ya está. Estudiamos cada caso para saber cómo, por qué y para qué se hace cada ejercicio».
Carlos Alberto Fernández defiende que el ejercicio físico personalizado está al alcance de cualquiera, que el problema es de prioridades. Se trata de sentir la necesidad de cumplir con un programa diseñado a su medida para conseguir el objetivo que se fija dadas las motivaciones que se arrastran.
Al salir de ActitudFit uno siente una tranquilidad especial y es posible que muchos escuchen esa llamada que hace el cuerpo y el espíritu y que, muchas veces, no queremos tener en cuenta. Una llamada tan importante como necesaria en casi todos los casos sea cual sea el tipo de vida que se desarrolle.