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La Virgen, a su paso por las calles de Bollullos. / M.J.G.
La mañana de este domingo es todo felicidad en Bollullos de la Mitación. Su Virgen ha podido iniciar el camino hacia la ermita de Cuatrovitas sin tener que mirar al cielo. El sol, compañado de nubes blancas, resplandece. Durante toda la semana los bollulleros han estado consultando el tiempo que iba a hacer hoy. Las predicciones eran más que contradictorias, pero al final el día ha amanecido como todos deseaban: sin lluvia. “Es que nuestra Virgen es milagrosa”, afirma con rotundidad Rosario Rodríguez, una bollullera que a sus 72 años una tendinitis le ha impedido hacer el camino, aunque ha estado junto a su Patrona hasta la salida de la localidad.
El temor en este pueblo del Aljarafe estaba más que justificado. El domingo pasado la romería de la Virgen de Valme, de Dos Hermanas, se tuvo que suspender por culpa de los fuertes aguaceros. Aquí no querían ni pensar en que pudiese ocurrir lo mismo. Y es que en la romería de Cuatrovitas son tradicionales las carretas de pique, que están adornadas con flores de papel, una labor que requiere más de dos meses de trabajo, según explica Miguel Ángel Pérez, el de la carreta de Miguel Ángel, como todo el pueblo la conoce y la única que este año se ha presentado al concurso. “Somos un grupo de unas 20 personas las que después de nuestro trabajo nos encargamos de hacer las flores, una tarea que nos lleva varios meses”, explica y por ello, según cree, este año no se han presentado más a concurso, “aunque en total en la romería participan este año 15 carretas de pique”, a las que hay que sumar las otras que hacen el camino que también van adornadas con flores de papel.
En esta ocasión en total hacen el camino 112 carretas, entre ellas las 12 de pique, y 50 coches de caballo.
Pero si es todo un espectáculo ver las carretas, no menos lo es el exorno floral que lleva Santa María de Cuatrovitas. Va rodeada de flores silvestres en tonalidades fundamentalmente malvas, a las que se unen otras de múltiples colores de los ramos que le entregan sus devotos a los largo de su recorrido.
Esta romería, la más antigua de la provincia de Sevilla, se celebra el cuarto domingo de octubre, cuando se traslada a la Virgen a su ermita, en la zona de La Juliana. Allí permanece hasta el 25 julio cuando regresa, vestida de pastora, hasta la parroquia de la localidad, la iglesia de San Martín de Tours.