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Vista aérea de la fábrica Agro Sevilla, ubicada en La Roda de Andalucía. / El Correo
Los 500 trabajadores de la empresa Agro Sevilla (empleados directos) y un número incontable de indirectos viven más que pendientes en estos días de las noticias que lleguen de Estados Unidos que clarifiquen los aranceles que, finalmente, esta firma tenga que pagar para que sus productos sigan, con garantías, en las mesas de los consumidores de Norteamérica.
No es una preocupación baladí, ya que de todas las exportadoras de aceitunas de mesa del mundo, esta factoría con sede en la localidad de La Roda de Andalucía es la líder mundial de su ramo, y además ha sido una de las tres investigadas por el Gobierno de Trump para imponer, aunque de forma provisional, los aranceles que se hicieron públicos la pasada semana.
El arancel preliminar impuesto, de forma cautelar –calculado a partir de las subvenciones que presuntamente han recibido– es del 2,31 por ciento para Aceitunas Guadalquivir; del 2,47 por ciento para Agro Sevilla; del 7,24 por ciento para Ángel Camacho; y del 4,47 por ciento para el resto (la media de todos ellos), y «para nuestra comarca es un mazazo, algo que influye tanto en el empleo que se crea como en la riqueza que se genera desde la empresa».
Lo explica el alcalde de La Roda, Fidel Romero (IU), que destaca que «desde la empresa se ha hecho un gran esfuerzo para que el arancel sea mínimo, y se está peleando, y mucho, para que sea un arancel mínimo», con la premisa de que si baja del 2 por ciento dejará de ser un arancel propiamente dicho, y dejará de aplicarse «algo que es profundamente injusto. No queremos que se abra esa puerta, porque entendemos que no estamos dopando el mercado, ni siendo injustos con otros países, así que vamos a seguir trabajando en este sentido», indica.
No es algo sin importancia, porque, en cifras, la fábrica es una parte del sustento de este pueblo, de algo más de 4.000 habitantes. Sólo esta empresa, según Romero, ha invertido unos tres millones de euros en los abogados necesarios para defender su trabajo. Del directo dependen todos sus empleados, y del indirecto los proveedores de maquinarias, palets, cartones, talleres de mantenimiento...
La firma comenzó a funcionar en 1977 como una cooperativa de segundo grado, lo que hace que tenga cooperativas de la comarca asociadas a ella como empresa principal. Actualmente, es el mayor productor, envasador y exportador de aceitunas del mundo y uno de las más importantes distribuidores de aceite de oliva de España. Integra a 11 cooperativas y a más de 4.000 agricultores asociados, llegando a alcanzar una producción anual de más de 80.000 toneladas de aceitunas y exportando aceitunas a más de 70 países de todo el mundo.
El alcalde explica que la empresa «es nuestro modo de vida, con fue el de nuestros abuelos y nuestros padres, así que hay que defenderlo como nunca. A La Roda nos pilla de lleno, porque es donde se concentra toda la fuerza de las cooperativas, y esa economía que consigue la expandimos a toda la comarca». Con todo, confía en que cuando se culmine el proceso, los aranceles sean eliminados, con lo que «hay que esperar que sea un trabajo fructífero y de futuro, y que sigamos viviendo del producto que genera riqueza en la comarca y da de comer a mucha gente».