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Fray Alberto Chávez conversa con algunos voluntarios de Arahal. /María Montiel
Hacía más de un año que el convento de Nuestra Señora del Rosario se encontraba cerrado a cal y canto. Tras la marcha de las últimas madres dominicas, con el consiguiente cierre del convento y el obrador, los hermanos franciscanos de la Cruz Blanca han llegado a Arahal después de la cesión del Arzobispado de Sevilla de este imponente edificio religioso.
Ha sido precisamente en este mes de noviembre cuando han aterrizado los dos frailes que se harán cargo del convento y su labor social. Aunque queda mucho camino por delante, la intención de esta congregación religiosa es realizar en centro de patología dual y un albergue para personas con necesidades especiales.
Aunque su proyecto aún es una incipiente idea, puesto que han preguntado al Ayuntamiento las posibles necesidades de la zona para trabajar donde más se requiera, el objetivo de esta congregación es «comenzar con un taller ocupacional para personas con discapacidad intelectual», explica el hermano Luis Miguel López.
Un el taller muy necesario en Arahal y la comarca que estaría abierto para principios del 2016. Sin embargo, el reto principal es convertir este convento del Siglo XVII en un centro de patología dual destinado a personas en riesgo de exclusión social.
Para ello ya han realizado reuniones con la Consejería de Bienestar Social de la Junta de Andalucía al fin de adaptar el convento a la normativa requerida por la administración regional. Para la ubicación del centro se tienen que tener en cuenta unas exigencias, tanto de infraestructuras como de personal, que aún están pendientes de cerrar.
Del mismo modo, la zona que tenían las hermanas de hospedería, que es un par de habitaciones con aseos, tienen intención de ponerla a disposición de vecinos sin recursos y personas de paso por el pueblo y que lo necesiten. Un albergue que podría ser el auxilio puntual de familias que se encuentran en una situación desesperada.
La apuesta que hacen los hermanos de la Cruz Blanca es «optar por estos lugares que es donde más falta hacemos». Para el hermano Luis Miguel «la congregación será más necesaria en Arahal que en el centro de Sevilla». De ahí su instalación en el centro de la Campiña sevillana aunque con la vista puesta en toda la provincia e incluso ayudando a nivel regional. Esta congregación que es referente en el mundo de la exclusión social aunque «nosotros no hacemos exclusión de ninguna persona. Solo pedimos que sea buena gente y que estén dispuestos a ayudar» pide este hermano acompañado de fray Alberto Chávez, uno de los miembros que ya se encuentra conociendo Arahal.
Y para todo ello es imprescindible el voluntariado que arrastra esta congregación, conocida a nivel nacional por la labor del padre Pateras. De hecho, aunque llevan poco tiempo en la localidad, ya se han volcado una veintena de vecinos que han acudido a limpiar el convento y el patio interior del mismo. Una mano de obra muy necesaria para quitar el forraje acumulado en los últimos meses.