Más de 23.000 jóvenes emigraron al extranjero desde el inicio de la crisis

La recuperación no rebaja la marcha de sevillanos: 2.867 más en el primer semestre de 2015

Iñaki Alonso @alonsopons /
05 dic 2015 / 09:57 h - Actualizado: 05 dic 2015 / 09:57 h.
  • Un grupo de viajeros en el área de salidas del aeropuerto de San Pablo. / Javier Cuesta
    Un grupo de viajeros en el área de salidas del aeropuerto de San Pablo. / Javier Cuesta

La gran evasión persiste en la provincia. Y esta no sabe de macroeconomías ni síntomas de recuperación. La realidad palpable de la calle sigue invitando al sevillano a hacer las maletas y poner rumbo al extranjero para labrarse un porvenir –y preferentemente a otros países de la Unión Europea–. Esa tendencia sigue arraigada en Sevilla, según el último balance de migraciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), con datos actualizados del primer semestre de 2015. En esos seis meses, emigraron 2.867 sevillanos que, de proyectarse al total del año, supondría un ritmo migratorio similar al de los peores años de la crisis. Así, desde el inicio de la misma, en 2008, han abandonado la provincia 43.728 habitantes.

El peso de esta evasión la tienen, como no, los jóvenes. La fuga de cerebros o la generación perdida, como se le ha denominado este año, representan el 40 por ciento de los que emigraron en los primeros seis meses del año. Son 1.165 personas con edades comprendidas entre 20 y 34 años. El porcentaje, en todo caso, es inferior al acumulado desde 2008: 23.227 sevillanos han abandonado su hogar en los últimos siete años y medio, más de la mitad de la totalidad de emigrantes (53 por ciento).

Pero los efectos de la crisis se entienden en una vertiente doble en el último balance del INE: se marcha más gente pero también llega menos. En este primer semestre llegaron 2.596 inmigrantes, que en el cómputo del año sería calcar las cifras de 2014 y de 2013 –5.000 nuevos–. Un volumen que se entiende en su contexto: en 2008 eran más del doble los que migraban a la provincia de Sevilla.

Todo ello se traduce en un saldo migratorio negativo, lo que no ayuda mucho a un incremento de población que está prácticamente congelado en la provincia –y más todavía en la capital–. De seguir la evolución del primer semestre –el saldo negativo fue de 271–, la provincia registraría su cuarto año consecutivo de pérdida de población en términos migratorios. De ahí se entienden los resultados de otro informe del INE, también publicado ayer, sobre cifras de población a 1 de julio de 2015. Ahí se confirma que la provincia, antaño de las más incipientes en término poblacional –con el baby boom del Aljarafe– se encamina al crecimiento cero. Sólo 1.718 habitantes más de 2014 a 2015... y 412 personas más en los primeros seis meses del año. Pese a ello, se consolida como cuarta provincia más poblada del conjunto del país, con 1.939.824 habitantes.