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Varios usuarios forman cola para montarse en el primer autobús de Damas que cubre la ruta entre Los Palacios y Sevilla. / El Correo -
Tres parejas ‘estrenaron’ el nuevo servicio que, al ser domingo, no registró una demanda elevada. / A.R.
La lucha que se ha librado en los últimos años en Los Palacios y Villafranca para acabar con la concesión a la empresa Los Amarillos del servicio de transporte interurbano ha tenido tintes épicos, hasta el punto de que el propio alcalde, Juan Manuel Valle (IU), se había tomado el tema como un asunto de legislatura que lo había llevado no solo a reunirse varias veces con la propia empresa, el Consorcio de Transportes o la Junta de Andalucía, sino incluso a encerrarse como medida de presión. Estudiantes que llegaban tarde a clase o a sus exámenes, enfermos que perdían citas en el hospital y trabajadores que llegaban tarde a sus empleos, o que volvían tarde y mal, de pie y tras acaloradas broncas que terminaban en peticiones de hojas de reclamación para nada, habían caldeado el ambiente como para que ayer, «un día histórico», como lo definió el alcalde, muchos palaciegos sintieran que habían ganado una batalla después de haber convencido al Gobierno autonómico para este cambio.
Como el estreno fue en domingo, la jornada transcurrió con más sosiego, porque había menos pasajeros y autobuses recién estrenados y hasta de repuesto. Pero ello no impidió que el propio alcalde y varios de sus concejales se apresuraran a saludar al primer viajero que partiera del pueblo, antes de marcharse a la procesión del Corpus. Fue una mujer, de Espartinas, que había venido a visitar a su hija, la primera en subirse a uno de estos 55 autobuses flamantes de los que se enorgullecía a las 8.30 horas uno de los responsables de la nueva concesionaria, la UTE Damas Interbús, José Manuel Delgado: «Se han comprado 55 nuevos autobuses y la diferencia es notable», decía. En efecto, los primeros pasajeros lo notaron, no solo porque «los asientos no se cayeran», como decía Mari Carmen Núñez que ocurría «antes», sino por la puntualidad del autobús y la tranquilidad de los conductores.
«Así no se trabajaba antes», explicaba Francisco Gómez, uno de los 80 trabajadores que han sido subrogados en las mismas condiciones. «Antes llegábamos tarde a todas partes y la gente se quejaban con mucha razón», insistía Fernando, otro de los conductores, «porque no era normal que, como nos retrasábamos por el tráfico y no había coches de sustitución, pues no había tiempo ni para orinar».
Los primeros pasajeros de ayer contemplaban el interior aún perfumado de los autobuses, provistos de rampas para discapacitados, pantallas y aire acondicionado. «Esto es otra cosa», sonreía Julia, una vecina que había quedado en Sevilla con sus amigas.
Empresas históricas
«A Los Amarillos le quedan los colegios, fábricas y otras cosas, siguen teniendo trabajo», comentaba otro de los conductores, Luis, mientras aprendía algunas novedades técnicas de los nuevos autobuses. La concesión que acaba de perder, y ganar Damas Interbús, es la VJA-089, que incluye el trayecto Chipiona-Sevilla-Ronda-Málaga. Al menos en Los Palacios y Villafranca, donde nació precisamente la empresa Los Amarillos en 1930 para el transporte de mujeres a los almacenes de aceituna en Dos Hermanas, pasará un tiempo hasta que el amarillo deje de ser un sinónimo por antonomasia de el autobús, porque muchos palaciegos no cogían un autobús para ir a Sevilla, sino un amarillo. Es significativo que la empresa haya perdido tanto justamente en el pueblo en el que nació, a pesar de que sus responsables insistían a este periódico hace poco más de un año en que no habían recibido quejas formales.
La nueva empresa, Damas, integrada en el grupo madrileño Interbús, nació incluso antes que Los Amarillos, en Ayamonte (Huelva), donde su primer dueño, Arturo López-Damas, prosperó en el negocio a partir de 1923, después de haber comprado media docena de autobuses de la marca alemana Rochet-Scheider con la única garantía de que habían sobrevivido en el transporte de soldados franceses durante la I Guerra Mundial.
Cerca de un siglo después, los vecinos de Los Palacios y Villafranca, en la parada principal frente al Ayuntamiento, en el apeadero situado al norte de la localidad, por la calle y por las redes sociales, saludaban el cambio de empresa como todo un acontecimiento en el pueblo, en la espera de que ir a Sevilla en transporte público haya dejado para siempre de ser una odisea.