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Sembrando cebada cervecera entre olivos

Heineken anima a los agricultores a cultivar cebada entre olivos para ahorrar agua. Su proyecto piloto ya da sus frutos

29 jul 2018 / 22:35 h - Actualizado: 29 jul 2018 / 23:23 h.
"Agricultura","El campo y su agroindustria"
  • Momento de la siega de la cebada cervecera sembrada entre olivos. / El Correo
    Momento de la siega de la cebada cervecera sembrada entre olivos. / El Correo
  • Juan José Luna, encargado de la finca agrícola de Navas de San Juan; Mauricio Domínguez-Adame, director de Responsabilidad Social Corporativa de Heineken España; Joaquín Requena, alcalde de Navas de San Juan, y Pedro Bruno, diputado de Agricultura de la diputación de Jaén. / El Correo
    Juan José Luna, encargado de la finca agrícola de Navas de San Juan; Mauricio Domínguez-Adame, director de Responsabilidad Social Corporativa de Heineken España; Joaquín Requena, alcalde de Navas de San Juan, y Pedro Bruno, diputado de Agricultura de la diputación de Jaén. / El Correo

Cultivar cebada cervecera entre olivos para ahorrar agua: esta es la premisa de la que parte la investigación impulsada en 2016 por Heineken España, compañía a la que pertenece la marca Cruzcampo, junto con el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa), dependiente de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía.

Hace una semana, se produjo la recogida de la segunda cosecha de cebada cultivada en olivares de Huelma, «obteniendo el doble de cebada, medida sobre la misma superficie, que el año anterior, lo que demuestra el éxito de la adaptación del cereal a este tipo de entorno», según declaró el director de Responsabilidad Social Corporativa de Heineken España, Mauricio Domínguez-Adame, que también resaltó que «este proyecto de I+D+i en agricultura se enmarca en el compromiso de Heineken España con la sostenibilidad, con proteger las fuentes de agua y conseguir un balance hídrico neutro, esto es, devolver al entorno cada gota de agua que utilizamos para elaborar nuestras cervezas».

Según fuentes de la compañía, los ensayos realizados ha despertado el interés de dos agricultores en la provincia de Sevilla, de uno de Córdoba y de la asociación de productores de Navas de San Juan (Jaén) donde se encuentra una de las fincas experimentales.

En este segundo año de investigación, se ha cultivado por primera vez en olivares de Navas de San Juan (Jaén) cuyo ancho de calle ha permitido una imagen única de una cosechadora convencional entre olivares.

Esta investigación es pionera a nivel mundial en sostenibilidad y conservación del medioambiente, a través de la experimentación, la innovación, la transferencia de la tecnología y la formación de agricultores, técnicos y trabajadores del campo.

Asimismo, contribuye a la mejora del paisaje, a minimizar la erosión, a la mejora de la biodiversidad, a la lucha contra el cambio climático y juega un papel fundamental en la retención de agua, y por tanto, en la eficiencia del consumo de este bien tan necesario en el suelo andaluz, según defiende la compañía cervecera.

Con la siega de esta segunda cosecha, se continuarán los análisis comenzados el año pasado para evaluar la eficiencia en el consumo de agua de ambos cultivos, así como la rentabilidad agronómica y económica de los mismos. Porque el éxito de este proyecto, además de permitir un uso eficiente del agua y una mejora de la biodiversidad, persigue la mejora de la rentabilidad del agricultor, así como el impulso de la economía local en el entorno del dentro de elaboración que la compañía cervecera tiene en Jaén, señalan.

Los resultados del análisis y evaluación de la primera cosecha realizada el año pasado, apunta Heineken, son muy positivos respecto a la calidad de la cebada dado que son acordes a los requerimientos de calidad de la empresa, desde calibre, humedad, proteínas, gramaje, pureza varietal e inexistencia de impurezas. Se obtuvo una cebada con calidad cervecera que en septiembre será incorporada a las cervezas que la marca Cruzcampo elabora en la fábrica urbana de cerveza que tiene en Málaga.

Este proyecto, que cuenta con una inversión inicial de Heineken de más de 150.000 euros y que tendrá una duración de cuatro años, está siendo fuente de inspiración para otras actuaciones de compensación de agua que la compañía cervecera está llevando a cabo en México.

Heineken España firmó en septiembre de 2016 un convenio con la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta para llevar a cabo una investigación en torno a la eficiencia del agua, que tiene como base el cultivo de cebada cervecera, con dos líneas de experimentación.

La cosecha mixta de cultivos de cebada y olivar es la primera de ellas. La erosión es el principal problema medioambiental del olivar en la Cuenca Mediterránea. Para combatirlo, la implantación de cubiertas vegetales supone una mejora significativa de la capacidad de retención de agua (se estima que los ratios de infiltración del agua de lluvia mejoran entre un 15-40 por ciento). Existen aproximadamente más de 60.000 hectáreas de olivar de calle ancha en Andalucía donde podrían convivir ambos cultivos.

Según los cálculos iniciales de la investigación, si se adoptase esta práctica solo en el tres por ciento (2.000 hectáreas) se podrían compensar más de 700 millones de litros de agua.

Adicionalmente al cultivo de cebada en olivar, se encuentra el estudio comparativo de dosis de siembra directa de cebada maltera en campos de cultivo sin tratar. Normalmente, los campos de cultivo se limpian de rastrojos antes de la nueva siembra. Esto complica la retención de agua y de nutrientes orgánicos y hace que los suelos necesiten más fertilizantes y semillas, lo que repercute en la economía del agricultor.

Para evitarlo, explica Heineken, se están realizando ensayos de siembra directa en terrenos que no haya sido limpiados, con el objetivo de reducir las simientes y abonos necesarios y disminuir así los costes de producción, a la vez que se aumenta la calidad de la cebada resultante.