«Tras todo lo sufrido, sólo me quedo con la palabra absuelta»

Hace dos semanas, el TSJA la liberó de la condena por cohecho. Tiempo suficiente como para hacer repaso a los cuatro años del llamado caso del bolso de Loewe, del que sigue pensando que fue «un gran enredo» que buscaba dañarla a ella y su familia

Iñaki Alonso @alonsopons /
30 ene 2017 / 06:58 h - Actualizado: 30 ene 2017 / 20:46 h.
"Entrevista"
  • Ana Hermoso, en el salón de su casa de Bormujos, con su portátil y un ejemplar de la Constitución española. / El Correo
    Ana Hermoso, en el salón de su casa de Bormujos, con su portátil y un ejemplar de la Constitución española. / El Correo

Ana Hermoso se siente «renacida». Así lo define dos semanas después de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) anulara la condena contra la exalcaldesa de Bormujos, al considerar que había prescrito el delito de cohecho por aceptar un bolso de Loewe a cambio de su voto en una moción de censura en 2005. Unos hechos por los que fue condenada en primera instancia y que, aún hoy, niega. «Yo sólo apoyé a Baldomero Gaviño», insiste repetidamente.

—¿Cómo recibió la anulación de la sentencia?

—Me quedé superbloqueada, porque me enteré por la prensa. La gente me llamaba dándome la enhorabuena sin saber por qué. Luego ya nos lo confirmó el procurador. Me he tirado como una semana en una nube, porque estar cuatro años que no te llamaba nadie y de golpe empieza a sonar todos los teléfonos de la casa y por esa noticia... francamente entras en shock.

—De primeras, dijo que el TSJA había hecho justicia.

—Y lo ha hecho. No sé otros casos, pero en el mío no había nada delictivo. Se ha urdido un gran enredo y una gran trama de nada. Si uno quiere vencer en un pueblo lo único que tienes que hacer es trabajar. No hace falta hacer daño como me han hecho a mi.

—De todos modos, ¿es consciente de que el TSJA reconoce el delito como tal?

—Después de todo lo sufrido, me quedo con la palabra absuelta. Ni puedo solucionar nada ni puedo arreglar nada. Se ha hecho justicia con la palabra absolución.

—Qué es lo que más le ha dolido en estos cuatro años.

—La impotencia de no poder defenderme, de estar contando la verdad y que nadie me creyera. Y también me ha dolido por mi familia y la soledad en la que me había sentido inmersa. Había días en los que no era capaz de levantarme de la cama. Se me ha hecho mucho daño. Ahora mismo no tengo trabajo. Me han cerrado las puertas. Cuando ocurren temas de tal magnitud, sea verdad o mentira, cogen miedo a ayudarte.

—Usted habló de historia de amor, pero la gente no se lo creyó, ¿a que lo vincula?

—El proceso estaba intoxicado tras dos años en prensa. Como estaba muy en boga el tema de la corrupción, cualquier cosa que sonara a eso... Definitivamente, he sufrido un banquillo de telediario.

—Y con jurado popular.

—Cuando lo ví dije: «Madre de Dios». El delito de cohecho que se me estaba juzgando era un tema muy técnico como para un jurado popular. Llegué allí y me sentí pequeñita. ¿Qué es lo que se ha cometido tan grave como para esto? Lo pasé muy mal.

—¿Crees que habría seguido en la Alcaldía de no haberse iniciado este proceso?

—No lo sé. Ni soy alguien que haya ido por la vida siendo prepotente ni creyéndome más que nadie. Eso habría dependido de los votos de los ciudadanos de Bormujos. Pero cariño sí me tenían.

—¿Tiene pensado volver a la escena política?

—De momento no. La política es muy bonita. Te sientes muy satisfecha cuando ayudas a los necesitados, pones el pueblo bonito,... Pero también estas en el punto de mira. Suelo aguantar las críticas, pero cuando entra en juego tu familia... tiene que haber unos límites.

—Por ahora no, pero en caso de que sí, ¿sería con el PP?

—Siempre he sido votante del PP, lo quiero, lo adoro y seguiré votándolo siempre. Creo en mi presidente, Mariano Rajoy y jamás dudaría de mi partido. Me siento pepera por los cuatro costados.

—Entonces...

—Si se me ocurre volver a la política, lo haría con el PP.

—¿Cómo ve su pueblo?

—Me he desligado del pueblo porque me daba una pena horrible verlo. Psicológicamente no estaba preparada. Me he desligado de Bormujos por prescripción. No se cómo está el pueblo.

—¿Por prescripción?

—Sí, recibí atención médica por ansiedad, estrés, problemas hormonales,... problemas que sólo el que ha pasado por mi casa sabe. Hay personas [por Rita Barberá] que ni resistieron ni llegaron a conocer la sentencia. Fue muy duro. Mi padre, que está mayor, me decía: «Ana, que se acabe ya, que quiero irme conociendo tu sentencia» [Empieza a llorar y se interrumpe la entrevista].

—De tu familia política, ¿tienes algo que reprochar?

—Han estado todos conmigo. Sé que había cosas que no se podían hacer públicamente.

—¿Era consciente que el caso Ana Hermoso era una papeleta para tu partido?

—Sí, sobre todo porque se ha magnificado mucho. Era una situación surrealista. porque en el PP saben bien que puedo ser cándida e inocente, pero no choriza y corrupta.

—Usted llegó a optar a presidir el PP en 2012, con Juan Bueno como rival. Ahora se abre otro proceso con divisiones. Como militante, ¿cómo ve el escenario actual?

—La unidad es lo más importante y todo el mundo llegará a estarlo. Es más lo que se habla que lo que se dice. Pero no puedo hablar mucho porque estoy desconectada.

—De saber el lío judicial en el que se iba a meter, ¿habría actuado del mismo modo?

—En 2005 lo único que hice fue firmar una moción de censura. Mi firma estaba en la notaría días antes del regalo del bolso. Es que es absurdo. Yo ya había dado mi voto. ¿Tan difícil es de entender que el PP apoye a una persona del PP, que Baldomero Gaviño lo era aunque liderara a un grupo independiente, para desbancar a un alcalde del PSOE?