Una caca de premio en Villaverde del Río

La Asociación de la Cabalgata de Reyes organizó el concurso ‘La Caca de la Vaca’ con un premio de 3.500 euros

01 oct 2016 / 22:00 h - Actualizado: 02 oct 2016 / 17:30 h.
"Animales","La provincia en fiestas"
  • Los más pequeños disfrutaron por partida doble de esta peculiar fiesta, ya que muchos no habían visto nunca una vaca. / F.J.D.
    Los más pequeños disfrutaron por partida doble de esta peculiar fiesta, ya que muchos no habían visto nunca una vaca. / F.J.D.
  • Pepa recorrió los 2.000 metros cuadrados de su improvisado baño. / F.J.D.
    Pepa recorrió los 2.000 metros cuadrados de su improvisado baño. / F.J.D.

Los asuntos intestinales son cuestiones íntimas. Por eso, la cara de la vaca Pepa no era de muchos amigos con cientos de ojos clavados en ella esperando a que realizara sus deposiciones. Con la incomodidad de sentirse vigilada, anduvo por el recinto que la Asociación de la Cabalgata de Reyes Magos de Villaverde del Río le habilitó como baño, ante un público expectante de una caca por valor de 3.500 euros.

Se celebraba en la localidad la tercera edición de La Caca de la Vaca, un concurso con una mecánica sencilla y un nada despreciable premio. En un terreno de juego de 75 metros de largo por 30 de ancho habilitado en el recinto ferial, dividido en 9.000 parcelas –tantas como papeletas puestas a la venta, al precio de 1 euro y agotadas por completo– se soltó a la vaca. Ganaba el premio aquella persona poseedora del número de la parcela en la que hiciera sus necesidades. Y como aliciente para permanecer junto a Pepa en ese trance, si en el momento en el que el topógrafo, tras sus mediciones, determinase el lugar exacto, la persona premiada estaba allí, se incrementaba el premio con un jamón.

Durante el medio día la rumiante se recuperó de los estragos del viaje desde Brenes en un corralito habilitado al efecto. Allí Pepa pasó las horas de calor estoicamente bajo una sombrilla, esperando su momento de gloria. Mientras, a escasos metros, en la caseta municipal, se sobrellevaba mejor la canícula de este otoño veraniego con bebidas frías y un contundente guiso de patatas con chorizo.

Tras varias vueltas de reconocimiento de Pepa por el recinto, a las 20.00 horas se dio inicio al juego. Entre altanera y curiosa, Pepa recorrió los más de 2.000 metros cuadrados de su improvisado baño. Y eso ante la atenta mirada casi del pueblo entero, deseosos de recibir una caca de premio. Y muchos niños, sorprendidos de ver un animal desconocido. Porque ahí está otro de los beneficios del evento: «La mayoría de niños nunca había visto una vaca antes», comentaba Manuel Martínez, presidente de la asociación, así que gracias a este concurso los niños villaverderos han podido conocer de primera mano a este animal, extinguido de la localidad y de sus tareas agropecuarias.

Mientras, la caca y la vaca como protagonistas de todas las conversaciones. Todo muy escatológico, sí, pero a pesar del ambiente festivo y distendido en el entorno del recinto vallado, nunca una caca mantuvo a tanta gente en vilo durante tanto tiempo. Como en vilo estaban el club de Los Tiesos –compuesto por José María Rodríguez, Román García y José Gregorio González–, que con sus 53 papeletas hacían planes de cómo gastar el abultado premio.

Casi sin tiempo de espera, a los 10 minutos Pepa soltó su esperada caca. En la parcela 4.364, para más señas. Una caca de premio que va a dar esplendor a la Cabalgata de Reyes, y que reporta importantes beneficios, que se destinan íntegros a la preparación y engrandecimiento de las distintas carrozas del cortejo, «una de las principales fiestas de nuestro pueblo», señalaba Martínez. Pero sobre todo beneficios para el poseedor del número agraciado, que se quedó sin jamón por no estar presente, pero que antes de 15 días seguro recogerá un gran premio gracias a la caca de una vaca.