Unas sabrosas torrijas frente a la discapacidad

La asociación Apdedis celebra una ‘Torrijada solidaria’ para dar visibilidad al colectivo de personas de movilidad reducida y recabar apoyos para el trabajo de la entidad

08 abr 2017 / 20:05 h - Actualizado: 09 abr 2017 / 09:55 h.
"Gastronomía","Cuaresma","Tradiciones","Semana Santa 2017"
  • Muchas personas participaron en la torrijada solidaria que celebró Apdedis en Cantillana el Viernes de Dolores. / F.J.D.
    Muchas personas participaron en la torrijada solidaria que celebró Apdedis en Cantillana el Viernes de Dolores. / F.J.D.
  • Dulces que se pudieron degustar en Cantillana. / F.J.D.
    Dulces que se pudieron degustar en Cantillana. / F.J.D.

Uno de los deleites de la Cuaresma es el placer de degustar una torrija. El señero dulce al que ningún paladar se resiste tuvo en la tarde del viernes un escaparate en la cantillanera plaza del Llano. Porque había variedades para elegir y catar sin reservas en un curioso certamen. Se trataba de la primera Torrijada Solidaria, un dulcísimo evento organizado por la asociación local Apdedis a beneficio del colectivo de discapacitados que aglutina.

Día excepcional, además, por ser Viernes de Dolores, onomástica de la patrona y día de su función principal. Jornada festiva y destacada elegida para dar visibilidad a la discapacidad y las reivindicaciones de este gran grupo de personas. Aunque «en Cantillana no hay nadie que no nos conozca», afirmaba Josefa Juan, secretaria de la asociación, «es importante que se nos vea y que se sepa la labor que realizamos».

Recetas de torrijas hay casi tantas como cocinas que las preparan, aunque las que mandan los cánones llevan vino y miel. ¿O son las de leche? ¿Y por qué no las rebozadas con azúcar y canela? Ante la variedad de propuestas y lo asequible de su preparación, la directiva de la organización decidió dar un cariz dulce a esta fiesta y ofrecer todas las posibilidades de torrijas para ser degustadas a módicos precios. Aportadas por los socios de Apdedis, se complementaron también con rosquillos, pestiños, piñonate y distintas variedades de la repostería propia del tiempo.

Con precios populares, fueron muchos los vecinos que optaron por acercarse al Llano y colaborar en este certamen de torrijas. Muchos de ellos hacían de improvisados jueces que a título particular y sin más objetivo que el recreo del gusto, iban posicionando, en un particular escalafón, las distintas propuestas. «Cantillana es solidaria, y responde a nuestras convocatorias». Más aún cuando la cita busca un acercamiento hasta la discapacidad a través de la convivencia gastronómica «y mostrar nuestra lucha». Incentivada además con un castillo hinchable proporcionado por el Consistorio, ni los mayores desperdiciaron la oportunidad de regalarse una buena merienda, ni los pequeños dejaron pasar la ocasión de practicar sus piruetas desde la hinchada fortaleza. Una suculenta convivencia que volvió a poner una vez más de relieve las necesidades que reivindica la asociación y la importancia de la colaboración ciudadana.

Porque Apdedis, a través de multitud de convocatorias que lleva a cabo durante el año, hace hincapié en la insuficiente cobertura que reciben las personas con discapacidad y en la urgente falta de una atención integral para todo el colectivo, derivando de forma específica para cada tipología –ya sea discapacidad física, psíquica o sensorial–.

Con esa intención, en 1997 se crea la asociación proderechos del discapacitado –Apdedis–. La falta de transporte y de una ruta oficial para llevar a los chicos a los colegios donde obtenían plaza motivó que se unieran. Se les ofrecían las posibilidades de llevarlos ellos de forma individual o bien dejarlos internos. «No queríamos que nuestros hijos perdieran el arraigo con la familia, por lo que nos constituimos como asociación para empezar a luchar por esa ruta oficial», explica Josefa. Con la colaboración de distintos ayuntamientos, se habilitó un autobús, que continúa dando servicio a varios pueblos de la comarca. Tras conseguirlo, «vimos como los niños en edad escolar están cubiertos, pero posteriormente no existe ningún centro en nuestro entorno que los atienda», por ello la asociación se marcó nuevas metas.

Aunque modesta, todas sus miras se orientan en la actualidad a la consecución de una futura residencia donde «estas personas tengan atención cuando los padres faltemos». Para ello, cuentan con un suelo cedido por el Ayuntamiento. Al respecto, en esta pasada semana mantuvieron una reunión con el director general de personas con discapacidad de la Junta de Andalucía, Gonzalo Rivas, para tratar la construcción de la futura residencia que de cobertura en formación, atención y cuidado. «Los papeles no se ven, los ladrillos sí. Es nuestra intención conseguir que la Diputación nos haga el proyecto y poder invertir nuestros ahorros en la construcción. La gente que colabora vería resultados y animaría a seguir ayudándonos». Tras la torrijada, dieron el pistoletazo de salida a este sueño con la colocación de un cartel informativo del proyecto en el solar.

Vivir de las cuotas y de las ayudas institucionales

Apdedis está formada por 200 asociados, la entidad se financia por sus aportaciones, una subvención anual de 5.000 euros del Ayuntamiento, la colaboración de otras entidades e instituciones y las actividades que organizan, como esta torrijada, la carrera solidaria de mayo, o la chocolatada de Navidad. Su sede se ubica en el número 4 de la calle Peral. Una vivienda cedida por el Consistorio, donde los usuarios realizan sus talleres, reciben atención y formación sobre jardinería y horticultura. Esa formación la ponen en práctica en el vivero, en una actividad que pretende ser una ocupación para los usuarios cuando finalizan la edad escolar. «No se obtiene una producción, se busca darles una ocupación diaria, una motivación y una obligación que los haga sentirse útiles y productivos y no pasen el día encerrados en casa».