A sus 38 años, y gracias a la generosidad de un amigo, Juan Francisco Japón, va a cumplir la ilusión de ser el Baltasar más auténtico posible: “Conmigo se ahorran el betún”, bromea al hablar de un hecho que le ha llenado de felicidad.
Llegó a España en una patera, y hoy día trabaja vendiendo pañuelos y pequeños productos en un semáforo de la travesía de Gelves.
Su historia es la de un hombre que ha luchado por sobrevivir en todos los sentidos de la vida, y ahora tiene una recompensa que le emociona al hablar de ella.
Emmanuel ya ha protagonizado actos como la entrega de las cartas, y ha podido ver de cerca cómo los pequeños se acercan a él y ven en su persona al verdadero Rey Baltasar.