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A la salud de las valientes

Le Vin Violette es un proyecto con el que Mujeres Supervivientes quiere recaudar fondos para mantener la asociación. “Con cada copa que bebas de Le Vin Violette brindas por la vida de una mujer”, se lee en la botella

12 may 2015 / 17:49 h - Actualizado: 12 may 2015 / 20:21 h.
"Violencia de género"
  • Gloria, Antonia, Nerea y Mamen, en la sede de la asociación con el vino que comercializan. / El Correo
    Gloria, Antonia, Nerea y Mamen, en la sede de la asociación con el vino que comercializan. / El Correo
  • Mujeres Supervivientes ha diseñado todo el proyecto, hasta el etiquetado. / El Correo
    Mujeres Supervivientes ha diseñado todo el proyecto, hasta el etiquetado. / El Correo
  • Etiqueta con mensaje de Le Vin Violette. / El Correo
    Etiqueta con mensaje de Le Vin Violette. / El Correo

¿Quién podía imaginar que el vino de tu mesa iba a cambiar la vida de las mujeres? Con este reclamo directo a la conciencia, la asociación de Mujeres Supervivientes está comercializando Le Vin Violette, un caldo ecológico de 2007 que las bodegas Colonias de Galeón, de la Sierra Norte, ha donado a cuatro mujeres valientes que luchan contra la violencia contra las mujeres. Nerea y Antonia, dos de las almas mater de la asociación junto a Amanda y Mamen Santos, saben de primera mano lo que es ser víctima de malos tratos. Pero aquel episodio de sus vidas es pasado. Ahora toca luchar por todas esas mujeres que sufren los golpes, las vejaciones y el desprecio. Por ellas y para hacer frente a los recortes de las administraciones, Mujeres Supervivientes busca recaudar fondos con los que poder mantener la asociación sin depender de una administración o del Estado. “Vivimos en una situación de precariedad y queremos posicionarnos en la sociedad con dignidad”, denuncia Antonia Ávalos, presidenta de Mujeres Supervivientes, que atiende a 45 mujeres y sus hijos en un comedor en el Pumarejo que este año ha recibido la mitad de la subvención que en 2014 (10.000 euros). “Le Vin Violette no es un vino cualquiera, es un vino que cambia la vida de las mujeres”, dice Nerea Sanchís, secretaria de Mujeres Supervivientes. “No somos unas pobrecitas -continúa Nerea-, somos fuertes y emprendedoras”. Esa convicción, ilusión y unión del equipo es lo que hizo que Ayuda contra el Hambre se decantara por este proyecto frente a una treintena de los que tuvieron en las manos. Gloria Rodríguez, de dicha asociación, es quien ha tutorizado a estas mujeres en el camino del emprendimiento. “También para ser emprendedoras hace falta ternura y amor”, sostiene Gloria mientras Antonia agarra con fuerza y besa las manos de sus compañeras.

El proyecto de Le Vin Violette se presentó el pasado 29 de abril en la asociación cultural La Imprenta. Tras aquella presentación, ya han conseguido vender sus botellas, diseñadas por ellas mismas, en Bilbao. Hasta en Bruselas se han interesado por la iniciativa... “No han probado el vino, pero han probado lo que hacemos desde esta asociación”, presume orgullosa Antonia.

Le Vin Violette es una originalidad desde su propio etiquetado, en el que se puede leer: “El vino es diversión, gastronomía, cultura, amor, fiesta, celebración, sensualidad... Pero también puede contener transformación social, activismo y ciudadanía”. Prueba de ello es la denuncia que hace Mujeres Supervivientes en relación al caso de la mujer asesinada por su pareja en el hospital mientras se recuperaba de una agresión anterior. Para Antonia, “aunque suene fuerte o me denuncien”, la juez que no vio necesario proteger a esta mujer es “cómplice de su asesinato”. “La vida hay que protegerla sí o sí”, sentencia.

Según la Organización Mundial de la Salud, siete de cada diez mujeres vivirán violencia de género en sus vidas. “Con cada copa que bebas de Le Vin Violette brindas por la vida de una mujer”, se lee en la botella. A su salud.