Afrontar el miedo a conducir

Salud. En torno a un 30 por ciento de conductores o futuros conductores sufren de algún tipo de amaxofobia, aunque cada caso es distinto

19 feb 2017 / 21:51 h - Actualizado: 19 feb 2017 / 21:56 h.
"Salud","¿Quiere sacar el carnet de conducir?"
  • Un profesor de autoescuela con su alumna en el coche de prácticas. / Jesús Barrera
    Un profesor de autoescuela con su alumna en el coche de prácticas. / Jesús Barrera

Desde la primera clase práctica o después de años de tener el carnet guardado en un cajón. La fobia a conducir –amaxofobia–, en diferentes grados, afecta a más del 30 por ciento de los conductores españoles, según un informe del Instituto Mapfre de Seguridad Vial, de los que un 75 por ciento son mujeres.

Las personas que la sufren se paralizan ante el volante, les entra ansiedad por miedo al resto de vehículos y a ellos mismos, en muchos casos por no saber manejar cada una de las herramientas que debe controlar con sus manos y pies, pero esta es solo una parte.

Como todas las fobias, se trata de un miedo injustificado, que puede aparecer en el mismo momento de tomar el volante con sus manos. María Teresa Bellido, psicóloga y profesora de autoescuela en America Palace, hace una distinción entre la verdadera fobia a conducir o el miedo derivado «de una deficiente enseñanza, por no saber llevar la máquina. Ahí sí tiene sentido la recuperación práctica, técnicas de conducción», y destaca que «es como un reciclaje, no un tratamiento psicológico».

En España, solo hay cinco autoescuelas con centro psicológico, capacitadas para solucionar la amaxofobia. En Sevilla está America Palace, que desde 2005 cuenta con psicólogos colegiados para el tratamiento del miedo a conducir –Centro Psicológico Menéndez Pelayo 23–. «La fobia a conducir es un trastorno más, como la depresión o la ansiedad. Cada caso es distinto; puede ser causado por estrés postraumático, un accidente, o se le juntan cambios en el trabajo, o con los niños... los problemas, si no sale por un lado sale por otro, pero cada caso es individual, no hay dos iguales».

Tratamiento

En cuanto a la duración del tratamiento, «depende del miedo», explica Bellido. Este empieza siempre por una entrevista personal con la psicóloga y una vez evaluado el paciente, la psicóloga establece una metodología de trabajo, elaborando un calendario de sesiones, las cuales se desarrollan en el vehículo a la vez que se realizan las prácticas. «No se pueden exponer a la situación como una persona sin miedo, podría ser incluso un paso atrás», afirma Bellido, quien reconoce que «sí dan más clases, sí es más largo, y vienen sin motivación». Como ejemplos, «hay gente que viene con más de 50 años, porque los padres ya son mayores y les hace falta para llevarlos al médico, o por cuestiones laborales, muchos tras rechazar varios trabajos por no tener carnet y con treinta y tantos o cuarenta años se tienen que enfrentar al problema».

Aunque se pudiera pensar que el momento de mayor pavor sería en pleno atasco, lo cierto es que, según la Fundación CEA, son las autovías y grandes avenidas, así como conducir por encima de los 100 km/h o por carreteras sin arcén, las que suelen causar la mayor sensación de pánico.

En cuanto a la fobia derivada por falta de destreza en la conducción o por abandono del carnet, son muchas las autoescuelas que ofertan cursos de recuperación, si bien los psicólogos consideran que hay muchos casos de intrusismo.

La propia Asociación Provincial de Autoescuelas de Sevilla (Apaes) da cursos a sus asociados y hay autoescuelas que cuentan con este servicio. Además, la Fundación CEA, de la mano de la Dirección General de Tráfico (DGT), ha llevado puntualmente a cabo cursos gratuitos para personas a los que les haya sobrevenido la fobia tras sufrir un accidente de tráfico.

Gabriela Guillén, de la autoescuela San Fernando, señala que «vienen personas tanto hombres como mujeres, con miedo porque llevan muchos años sin conducir –sacaron el carnet hace años y tal como lo obtuvieron lo metieron en el cajón– o también porque tienen miedo al iniciar las clases». E incluso le puede aparecer a conductores experimentados en situación de estrés.

En el caso de los nuevos alumnos, Guillén destaca que, desde el primer momento «empieza el aprendizaje basado en paliar esos miedos», y eso no supone que vayan a necesitar más tiempo ni más clases para aprobar, asegura.

No todos los miedos son a conducir en general, sino que también los hay a pasar por un puente o viaducto, a cruzar un túnel o a subir una rampa empinada. En estos casos, «cruzar un puente es como subir a un ascensor, es por la altura. En estas situaciones hay que resolver la situación en cuanto la van practicando y sin poner en peligro a él mismo y a los demás».

Esta autoescuela tiene clases especiales de recuperación para alumnos con el carnet en el cajón, y con distinta tarifa dependiendo de si dan todas las clases en el coche de la autoescuela. En cualquier caso, las primeras siempre serán así «y cuando vemos que van bien se siguen dando con su coche». Así, el precio de una clase de 40 minutos en la autoescuela San Fernando es 20,95 euros; el pack de seis clases con dos a cuatro en el coche del alumno, 99,95 euros; el pack de seis clases en el vehículo de la autoescuela, 123 euros; y el de diez clases, 199,50 euros. «Cada alumno es diferente y necesita más o menos tiempo. No se sabe hasta que no viene y se habla con él», explica Guillén.

Salvo los generados a raíz de un accidente de tráfico, la fobia a conducir es irracional, al mismo tiempo que muy incomprendida por quienes no la padecen. Hay quienes han sufrido ataques de pánico o de ansiedad mientras conducían, mientras que en otros casos se debe a que consideran que con lo aprendido en la autoescuela les falta pericia para afrontar el tráfico habitual. Y no les falta razón. El examen aprobado es solo el primer paso de un aprendizaje que se amplía ejerciéndolo.

Un tratamiento gradual de exposición al tráfico

En el caso de las víctimas de accidente de tráfico, la Fundación CEA organiza cursos terapéuticos gratuitos, subvencionados por la DGT, con el fin de superar la fobia. En estos intervienen psicólogos y formadores viales especializados, con jornadas teóricas y prácticas.

El Comisariado Europeo del Automóvil (CEA) explica en su web cómo debe ser el proceso de recuperación: incluye una parte psicológica en la que se analiza qué supone para la persona el tráfico y su capacidad para afrontar las dificultades que se le pueden presentar, antes de dar paso a un tratamiento de exposición, en el que, poco a poco, el conductor se enfrenta a aquello que le aterra en cuatro etapas: en la primera, en el coche de la autoescuela, se trata de iniciar la exposición del conductor al tráfico, con objeto de mejorar su pericia al volante si fuera necesario y se jerarquizan sus temores. En la segunda, el sujeto empieza a conducir su propio vehículo, acompañado del terapeuta, haciendo frente al tráfico. En la tercera, el conductor empieza a circular solo, mientras que el profesor va primero en un coche delante, y posteriormente le sigue. Y, por último, para que haga frente solo a la conducción, se le diseña un programa para afrontar sus desplazamientos diarios. Antes de finalizar el tratamiento se lleva a cabo un seguimiento a los tres y seis meses y al año. Según la CEA, lo fundamental es que la persona se enfrente a sus miedos gradualmente, pero ellos solos. Generalmente, si van acompañados de algún familiar el miedo suele incrementarse, no sólo por su temor a hacer daño a otra persona, sino por que esta persona cercana tiene a perder los nervios e incrementar el temor.