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El alcalde, Juan Espadas, y sus compañeros de la bancada socialista en el Pleno del Ayuntamiento de Sevilla. / Manuel Gómez
El Pleno extraordinario y urgente de aprobación de los presupuestos municipales acabó como todo el mundo sabía que iba a acabar: con las cuentas para 2017 aprobadas, que ya era hora, porque estamos a mediados de abril.
Claro, aunque el resultado se conocía, era una cita fundamental para que el grueso de los proyectos municipales de este año echen a andar. De manera que no está de más recordar los datos fundamentales, porque de esos números dependerá en buena parte la marcha de Sevilla, como poco, a corto plazo: los flamantes presupuestos contemplan ingresos por 963,1 millones de euros y gastos por 951,4 millones para el Ayuntamiento, sus sociedades municipales y entes autónomos, y han afrontado modificaciones por valor de 19,4 millones, fruto de las múltiples enmiendas promovidas por los grupos municipales. Entre tales modificaciones, destacan una serie de enmiendas transaccionales acordadas por PSOE y Ciudadanos con una incidencia de unos 8,5 millones, así como otras promovidas por Participa e IU-CA, también con un impacto de varios millones de euros.
Además de la cifras, destaca el hecho de que ha sido necesario el voto de calidad del alcalde para la aprobación, que necesitó además el voto positivo de Ciudadanos y la abstención de Participa Sevilla.
El minipleno ha servido además para constatar la lentitud con la que se mueve la administración en España, de manera general, y el Ayuntamiento sevillano en particular. Porque hace ya un mes que se alcanzaron los acuerdos que hacían posible aprobar los presupuestos. La normativa, que garantiza cuestiones claves y frena otras no menos importantes, ha impuesto su ritmo.
Lo cierto es que las enmiendas que se presentaron desde la aprobación inicial del presupuesto, que tuvo lugar hace un mes largo, se han desestimado todas. Todo estaba resuelto. De hecho, casi ni se produjo debate, seguramente porque no merecía mucho la pena.
El alcalde, Juan Espadas, intervino al final del pleno para «agradecer» a Ciudadanos y Participa su «ejercicio de coherencia». Recordó también que ambas «son fuerzas de oposición. El PSOE gobierna solo, por decisión propia y porque es lo que Sevilla necesita: un modelo claro, pero no único».
Ciudadanos recordó su logro de rebajar el IBI un tres por ciento en 2018 y 2019 y Participa el compromiso municipal de reforzar las medidas contra los desalojos. El Partido Popular se ofreció desde ya para pactar los presupuestos del año próximo e IU destacó que, cuando llegue el debate sobre el estado de la ciudad habrá que revisar los acuerdos que mantiene con el Gobierno municipal.