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Aspecto que presentaba la Feria del Libro de Sevilla en las horas de mayor concurrencia. / El Correo
La Feria del Libro de Sevilla ha cerrado este año con un balance «muy positivo», a juicio de la organización, en el que se han superado las expectativas tanto en el volumen de ventas como en la afluencia de público. Las ventas, según los datos facilitados por los expositores participantes, han crecido una media de un 15 por ciento respecto a la edición pasada, alcanzando un total de facturación de 400.000 euros.
Según estima el equipo directivo formado por Verónica Durán y Nuria Lupiáñez, a través de una nota difundida ayer, la asistencia de público al recinto de la Feria prácticamente se duplicó en comparación con años anteriores. Al incremento de visitantes que pasaron por la Plaza Nueva, se les sumó un mayor número de asistentes a las actividades programadas, teniendo en cuenta además que este año existía un espacio más. Destacó el éxito de la conferencia inaugural de Almudena Grandes, que llegó a congregar en la Pérgola de la FLS18 a más de 600 personas.
Más allá de los números, la organización mostró ayer su satisfacción por la respuesta del sector (instituciones, editoriales, libreros, autores, lectores, periodistas, etc.) ante el nuevo proyecto, «más participativo, activo, abierto e integrador». «Más que nunca la Feria del Libro de Sevilla ha sido el epicentro de la vida literaria dentro y fuera de la ciudad porque ha sabido responder a las necesidades y objetivos del sector y del público», aseguraron las directoras, que destacaron la «apuesta valiente de un proyecto ambicioso pero coherente».
En cuanto a los logros, en palabras de Durán, uno de los más destacables ha sido el «salto internacional» iniciado con Irlanda como país invitado, gracias a la colaboración con su embajada. Así, el amplio programa dedicado a la literatura irlandesa, coordinado por Antonio Rivero Taravillo, despertó la curiosidad de cientos de lectores que llenaron los espacios para asistir a estas actividades y que adquirieron muchos de los títulos presentados, encontrándose Los pecados gloriosos de la escritora Lisa McInnerney y Chica de campo de Edna O’Brien, entre los más vendidos.
Otra de las novedades más destacables fue la I Muestra de Editoriales Independientes, que se desarrolló el último fin de semana de feria y en la que participaron todas las pertenecientes al Grupo Contexto (Impedimenta, Nórdica, Sexto Piso, Libros del Asteroide y Periférica), Hoja de Lata, Candaya, Gallo Nero, La huerta grande, Amor de madre y Ultramarina, con las últimas novedades de sus respectivos catálogos. La iniciativa que, como apuntó Lupiáñez, nació con vocación de continuidad, resultí «satisfactoria tanto para las editoriales, que nos han trasladado sus buenos resultados y su gratitud, como para el visitante que reclamaba una mayor variedad de fondos que hasta ahora por nuestro reglamento no tenía cabida».
El crecimiento de la Feria del Libro de Sevilla ha quedado patente asimismo en el aumento del número de casetas, que pasó a ser de 46 frente a las 39 del año pasado, y en la ampliación de la red de colaboraciones. También con la intención de facilitar a los lectores la información acerca de la agenda y las firmas de autores y hacer más atractiva la experiencia de la visita se puso en marcha este año el punto de información, uno de los aspectos mejor valorados por los asistentes, y la venta de merchandising propio, que superó solo en el primer fin de semana las ventas previstas.