¿Conectados o fuera del mapa?

Carencias. Sevilla, en general, está bien conectada, pero empresarios y agencias de viajes piden vuelos directos a EEUU y a Asia y reforzar la conexión con Madrid y con ‘hubs’ europeos. Por tren, hay carencias para llegar al Levante y, por carretera, la SE-40 es «clave»

05 mar 2018 / 20:10 h - Actualizado: 06 mar 2018 / 18:32 h.
"Infraestructuras","Aeropuerto de Sevilla","Renfe","Las carencias de los transportes"
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El despegue del aeropuerto de San Pablo es evidente: cinco millones de viajeros en 2017, un crecimiento del 32 por ciento en enero y nuevas rutas. Y las cifras turísticas de la ciudad siguen en ascenso. Pero, «no todo es perfecto». Sevilla sigue teniendo el «sueño» de tener una conexión directa con Norteamérica y con países asiáticos, como reconoce el delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz. Y es que mercados emisores como los de China, Japón, Corea o India «crecen dos dígitos» y el estadounidense ha puesto sus ojos en Sevilla.

Sin embargo, el pasado octubre ya se anunció que San Pablo seguirá, al menos un año más, sin conexión directa con EEUU. Delta Airlines, el gigante aéreo encargado de fijar las rutas para cruzar el charco, no tiene en sus planes a corto plazo aterrizar en la capital hispalense y así se lo hizo saber a los responsables de la Junta de Andalucía. Sí que se confirmó la continuidad de la ruta Málaga-Nueva York, retomada en mayo pasado, que se mantendrá en verano de 2018.

Eso sí, la búsqueda de nuevas rutas no quita que se cuide la conexión con los grandes hubs europeos, como Londres, Fráncfort, Múnich, Amsterdam o Bruselas, algo en lo que trabaja el Consorcio de Turismo, como reconoce Manuel Fernández, presidente de Sevilla Se Mueve.

Fernández sostiene que, «por la influencia de la Junta», para conexiones de larga distancia «se piensa más en el aeropuerto de Málaga». «Llegar a Asia es más complicado porque el mercado está menos maduro. Están creciendo las conexiones en Madrid y Barcelona, pero no hay más aeropuertos en España con este tipo de conexiones y antes llegarán a otros aeródromos que al de Sevilla», lamenta.

Sin embargo, desde el Ayuntamiento confían en que la cumbre de aerolíneas low cost que se celebra en Sevilla en octubre posibilite la captación de alguna conexión directa de larga distancia porque los aeropuertos secundarios, como el de Sevilla, cada vez copan más protagonismo en este nuevo concepto de negocio.

Además, Manuel Fernández asegura que este año se «podría retomar la conexión con Turquía».

Por su parte, José Manuel Lastra, presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Sevilla, sostiene que las conexiones aéreas de Sevilla con Centroeuropa, el Reino Unido e Italia son buenas, mientras que las carencias están en los enlaces directos con «Escandinavia y Europa del Este, ya que sólo hay vuelo a Varsovia y Cracovia». «Nos interesa Rusia y el Báltico, países como Checoslovaquia, Rumanía o Bulgaria», explica.

Para Lastra, Sevilla necesita un vuelo directo con Estados Unidos y con Oriente, para llegar a países como Japón, China, Emiratos Árabes o Qatar. «Sería lo idóneo para tener una conectividad óptima».

En 2017, los turistas se quedaron una media de 2,37 días en Sevilla, la tasa más baja de entre todas las provincias con más pernoctaciones de España, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. De hecho, se sitúa por detrás de Granada (2,91 días), Cádiz (3,79), Huelva (4,49), Almería (5 días) y Málaga (5,22 días). Una estancia media que incluso se redujo en comparación con 2016 (2,55 días). «Se ha dicho que el gasto medio del turista que viene de Estados Unidos u Oriente es seis o siete veces mayor que el gasto medio del europeo, pero yo creo que este dato es excesivo. Si lo medimos gasto por día no creo que sea tanto, pero si hacemos la media del gasto por viaje puede que sí porque estos turistas se quedan más días», explica Lastra.

En la actualidad, los turistas que llegan a Sevilla de estos lejanos países aterrizan en los aeropuertos de Madrid, Barcelona, Lisboa o Málaga y hacen un circuito, por libre o con un touroperador, con uno o dos días en Sevilla. Pero si hubiera un vuelo directo a Sevilla semanal se quedarían más días y visitarían también Córdoba o Jerez y luego volverían en su vuelo directo. Eso es lo que quieren las agencias de viajes.

Lastra, además, subraya que aunque valora muy positivamente la apuesta de Ryanair por Sevilla, «opera punto a punto, mientras que Vueling sí permite por su hub en Barcelona conectar vuelos para, por ejemplo, llegar a Moscú. Y si hay problemas o incidencias responde por la conexión de esos dos aviones». Según el presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Sevilla, que estas dos compañías low cost tengan un peso del 85 por ciento en San Pablo «lastra la posibilidad de captar un turismo de más calidad, el de congresos, eventos o el empresarial». «El bajo coste, bienvenido, pero limita el crecimiento del turismo de gran calidad», reitera. «Nada es perfecto, por eso hay que trabajar para que lleguen otras aerolíneas», sentencia.

Miguel Rivas, que trabaja en el grupo Taso, equipo consultor que asesora a gobiernos locales y regionales en toda Europa sobre políticas de fomento de la economía, se recorre el mundo por trabajo, así que su opinión sobre las comunicaciones de Sevilla se basa en su día a día. «Mi valoración, en general, no es muy negativa. Quizás el objetivo no tenga que ser tener conexiones directas a largas distancias, pero sí mejorar las rutas que llegan a hubs, a los grandes aeropuertos europeos que te conectan con todo el mundo, como los de Barcelona, Madrid, París, Londres o Fráncfort», apunta Rivas, para quien hay un déficit importante con Madrid. «Quizás el AVE hizo poco rentable la conexión aérea, pero hay poca frecuencia y creo que Iberia tiró la toalla en Sevilla. Debería haber más presión de las administraciones».

Rivas mantiene que utiliza mucho la conexión de Sevilla con Lisboa para después, desde allí, volar directamente a distintas partes del mundo. Además, él mejoraría la frecuencia de vuelos a Londres y Fráncfort, enlace para el que pide más «estabilidad». «La motivación es que vengan más turistas aquí, pero no que el sevillano tenga buenas conexiones», lamenta.

Y NO TODO SON AVIONES

Pero no quedan ahí las propuestas. El presidente de Sevilla Se Mueve lanza otra: «Los autobuses entre Córdoba y Sevilla deberían tener una parada en el aeropuerto de San Pablo para que los cordobeses puedan fácilmente volar desde Sevilla, así como para que los turistas puedan llegar a la ciudad cordobesa. Pasan casi por la puerta y no paran. El aeropuerto debería aprovechar más su parada de autobús y su área de influencia, se podría estudiar y explotar».

Y no sólo eso, Fernández recuerda que se habla mucho de la conexión ferroviaria entre Santa Justa y San Pablo, «pero no de su prolongación hasta Los Alcores, donde muchos pueblos sólo tienen conexión por autobús».

«El Consorcio de Transportes de Andalucía tiene muchas líneas, pero muchas carecen de frecuencia y horario», critica Fernández, quien también denuncia que el Cercanías tiene un margen de mejora porque «sólo una o dos líneas funcionan bien». «El resto va a medio gas», espeta.

En cuanto a las conexiones ferroviarias, el eje transversal andaluz sigue paralizado y el «parche» en Almodóvar del Río es muy criticable por la inversión que requiere, según Fernández, quien también recuerda la gran inversión que se requeriría la mejora de la conexiones con Extremadura.

José Manuel Lastra asegura que Sevilla está bien conectada con Valencia, Barcelona y Madrid gracias a la Alta Velocidad, pero «se echa en falta más número de trenes». «Por ejemplo, a Barcelona en Semana Santa. Los trenes se llenan y pese a que se amplían las plazas, el tren a la ciudad condal parece que la competencia del avión no le afecta», apunta. Eso sí, Lastra avisa: «Quitando la de Valencia, el resto de conexiones ferroviarias con el este de la Península no existe».

Y en lo que coinciden todos es en la necesidad «urgente» de terminar la mayor circunvalación de Sevilla, la SE-40. «Es clave para mejorar las comunicaciones y un lamentable ejemplo de cómo se eternizan las infraestructuras más importantes».