Doce besos por uvas para celebrar a Leo, el primer sevillano de 2017

Encarnación y Andrés fueron padres a las 1.22 en el hospital Virgen Macarena. No vieron las campanadas y él ni reparó en su permiso de paternidad ampliado

01 ene 2017 / 19:18 h - Actualizado: 02 ene 2017 / 22:26 h.
"Sanidad","Sociedad","Hospital Virgen Macarena"
  • María Encarnación Mogrera y Andrés Traverso posan con su recién nacido, Leo, que viene a sumarse a su hermano Andrés. / Jesús Barrera
    María Encarnación Mogrera y Andrés Traverso posan con su recién nacido, Leo, que viene a sumarse a su hermano Andrés. / Jesús Barrera
  • La madre besa la frente del pequeño Leo, nacido a las 1.22 horas. / Jesús Barrera
    La madre besa la frente del pequeño Leo, nacido a las 1.22 horas. / Jesús Barrera

Encarnación y Andrés entraban por la puerta del Hospital Universitario Virgen Macarena en torno a las 20.00 horas del día 31 de diciembre con el dichoso propósito de ver llegar al mundo a Leo, su segundo hijo –tienen también a Andrés, de cuatro años–. Y lo hacían más que preparados: ya no eran padres primerizos y la fecha probable de parto era el 1 de enero de 2017.

Todo estaba bajo control y, pese a todo, afloraban los nervios: «Estábamos un poco asustados con eso de la fecha y nos han atendido estupendamente. Han hecho que todo sea muy sencillo y relajado», cuenta eufórico el papá al mediodía del primer día del año, ya con el pequeño en brazos de su mamá y en medio de una notable expectación de medios, ya que Leo terminó naciendo a las 1.22 horas, convirtiéndose así en el primer sevillano venido al mundo en 2017. «Ha sido muy puntual», bromea su progenitor.

«Estamos muy contentos con el trato», recalca Andrés, agradecido especialmente «a Carlos», uno de los asistentes de un parto natural por el que Leo llegó con un peso de 3,070 kilogramos y una talla de 48 centímetros. «Nos pusieron la epidural, bueno a ella, claro [ríe], y estuvo muy tranquila, todo ha ido genial», relata.

La elección de tan sucinto nombre obedece a que «la madre lo quiso así y a mí me pareció bien», reconoce el padre. «Estábamos deseando que llegara y su hermano más. De momento, sólo lo conoce por fotos, ya que no puede entrar en el hospital, pero está loco de contento», asegura.

Aunque estaba cantado que el niño vendría muy cerca del cambio de año, en lo que no cayó la pareja es en cómo celebrar las campanadas: «A mí me trajeron uvas, pero con los nervios intentamos escuchar las campanadas por internet y al final no pudimos, las escuchamos de lejos. Aunque suene cursi, lo celebramos dándonos doce besos», admite Andrés.

Leo Traverso Mogrera –así se llama el nuevo miembro de la familia– viene con un deseo expreso: el de encontrar un nuevo hogar más amplio y cómodo. Lo explica su padre: «Nosotros vivíamos en Sevilla Este, en la urbanización Aldebarán, y nos mudamos a Torreblanca. Compramos un piso que estuviera cerquita de la casa de mis padres, por el apoyo a los niños que siempre dan los abuelos. Ahora que tenemos dos niños estamos buscando piso en la misma zona de Sevilla Este, porque necesitamos una vivienda mejor».

Tanto Andrés como Encarnación tienen por fortuna empleo: «Yo trabajo en una farmacia y mi mujer es teleoperadora», dice antes de reconocer que ni siquiera había reparado en que con el cambio de año el permiso de paternidad se ampliaba a cuatro semanas: «Eso parece. De todas maneras, no me había percatado de ello hasta que alguien, no recuerdo si un celador o un matrón, me lo ha dicho». Su jefe, eso sí, ya está al tanto: «Le puse un WhatsApp. Espero que no se piense que lo he hecho con una doble intención», bromea el feliz papá de Leo.