Una perogrullada puede ser un buen punto de partida. Por ejemplo: los vecinos son los que mejor conocen los problemas de su barrio. A partir de ahí, basta con elegir una zona concreta, el norte del casco histórico, y poner a los vecinos a debatir.
Eso hizo ayer la asociación vecinal La Revuelta en colaboración con Arquitectura Sin Fronteras. A su convocatoria acudieron vecinos de la zona de todo tipo, que se enfrentaron a una larga mañana de trabajo para definir la movilidad que quieren para sus calles. Germán López, de Arquitectura Sin Fronteras, resume la forma en que trabajaron: «Estamos haciendo el plan de movilidad del casco norte, pero por iniciativa de los vecinos, que están cansados de promesas del Ayuntamiento de mejorar la movilidad en un barrio que es muy conflictivo en este aspecto». «Nunca nos vemos realmente con sitio para tratar la problemática concreta de nuestros barrios», aclara, también como vecino.
«Hemos empezado por movilidad, pero se podía haber empezado por vivienda o por equipamiento. La idea es que esto sea el inicio de un proceso de participación real que genere una agenda donde se implique a políticos o a otras entidades». Las conclusiones se conocerán el 2 de abril. Serán otro punto de partida.