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Anna Sanmartín Ortí, Vicente Guzmán, Juan Agustín Morón Marchena y Miguel Ángel Rodríguez Felipe. / El Correo
Los datos tienen la costumbre de ser tozudos. Ahí va uno: Andalucía es el segundo peor territorio de toda la Unión Europea en el ámbito del empleo joven, sólo por delante de Canarias, en una clasificación que incluye tanto a las comunidades autónomas como a los países miembros de la Unión Europea (US). Los datos proceden del Índice de Desarrollo Juvenil Comparado 2016, que han realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD, en el marco del ProyectoScopio, y que se presentó ayer en la Universidad Pablo de Olavide. Apuntado el titular, conviene empezar a matizar.
Porque en el ámbito del empleo, el índice valora «la tasa global de empleo, la tasa de desempleo, la tasa de parcialidad involuntaria y la tasa de temporalidad, ya que la cifra de trabajadores por cuenta propia rebasa la del total de la UE, y la de jóvenes inactivos que no estudian se halla aproximadamente al mismo nivel que para el total de la UE». Dicho esto, la media de la Unión Europea está en 0,61 sobre uno; la de España en 0,32 y la de Andalucía, en 0,21. En la parte alta de la clasificación aparecen los países del norte y centroeuropeos, con los Países Bajos, Austria y Dinamarca con puntuaciones por encima del 0,8.
El incuestionable problema del empleo juvenil –y en este índice juvenil quiere decir de personas de entre 15 y 29 años– tiene consecuencias negativas en otros aspectos analizados. El primero, en la edad de emancipación, el otro gran lastre para juventud nacional, de acuerdo a este Índice. Aquí también están Andalucía y España a la cola de las listas. Con otro matiz: «en el caso español, la crisis económica ha influido de manera decisiva en el retraso de la edad media de emancipación de los jóvenes españoles (que se sitúa en torno a los 29 años)», pero «es innegable que existen también otros elementos determinantes relacionados con características culturales, modelos familiares y políticas públicas que contribuyen sobremanera a que, junto a países como Italia o Portugal, seamos uno de los países europeos en el que más tarde se va de casa la gente joven». Evaluada entre cero y uno, la media de la UE está en 0,37. España se coloca en 0,16. La Comunidad Valenciana es la autonomía mejor situada (0,23), entre ambos totales, y Canarias la que está más a la cola (0,1), detrás de Andalucía (0,11). En los extremos se sitúan Dinamarca (con el valor máximo: 1) y Croacia (0,02). Las dos europas, la del norte y la del sur, que aparecen diferenciadas casi en cada aspecto en perjuicio de los territorios meridionales.
En educación, España ocupa también un lugar inferior a la media de la UE, pero más cercano a ella que en los casos del empleo y la emancipación, y con varias comunidades que la superan con creces, con el País Vasco como tercer territorio europeo, sólo por detrás de Lituania y Polonia. La media europea es de 0,58; la española, de 0,52 y la andaluza de 0,45. Con una peculiaridad: Andalucía obtiene una elevada puntación en el apartado del aprendizaje de al menos dos idiomas.
A partir de aquí, llegan los valores en los que España y Andalucía alcanzan valores positivos: los denominados vida y nuevas tecnologías. Ocurre que estos datos se ponderan con menos valor que los anteriores, de manera que no sirven para que Andalucía y España mejoren su posicionamiento general.
En la dimensión denominada vida se incluyen datos referentes a mortalidad, tasa de fecundidad, accidentes o suicidios. España (0,71) se posiciona por encima de la media de la UE (0,67). Con 11 comunidades por encima de la media española, incluida Andalucía (0,72).
En nuevas tecnologías, España (0,7) «no está mal posicionada en comparación con el resto de países de la UE (0,59)». Cataluña es la Comunidad mejor puntuada (0,88). La Rioja (0,53) y Castilla León (0,5) a la cola de España y por debajo de la media UE. Andalucía tiene una puntuación de 0,68, por encima de la media de UE.
Vicente Guzmán: «Queremos cohesión, pero vamos por otro camino»
El rector de la Universidad Pablo de Olavide, Vicente Guzmán, cerró el acto con una reflexión a la vista de los datos. «Intentamos construir proyectos cohesionados y los datos te dicen que vamos por otro camino», resumió, y se planteó el éxito que en este ámbito han obtenido la Unión Europea y, a nivel nacional, las comunidades autónomas. «¿El estado de las autonomías está cohesionando o no? Si no es así, algo está fallando?», apuntó.