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Enrique Hernández ‘Luike’, un sevillano de ida y vuelta

Periodista y creador de un emporio empresarial en Madrid dedicado al motor

22 may 2017 / 08:47 h - Actualizado: 22 may 2017 / 08:48 h.
"Hemeroteca El Correo"
  • Enrique Hernández ‘Luike’. A través de la Fundación Luike sigue trabajando a favor del cante flamenco.
    Enrique Hernández ‘Luike’. A través de la Fundación Luike sigue trabajando a favor del cante flamenco.
  • Tres amigos (1950), más de medio siglo después.
    Tres amigos (1950), más de medio siglo después.
  • El historiador de la fotografía española, doctor Miguel Ángel Yáñez Polo, incluye en su libro titulado Sevilla recuperada, 160 años de historia a través de la fotografía (Diario de Sevilla, 2000), el siguiente texto: «Coronel polaco exilado en Sevilla. Dentro de los apellidos de procedencia polaca, varias familias se integrarán en Sevilla. Es el caso de los Czartorisvsky, los Zbikowsky y los Tarszenski. Mientras los dos primeros arraigarían en la ciudad, el último, de título conde de Lipa, acabaría marchándose. En efecto, Enrique Tarszenski llegó a la ciudad en 1845, dedicándose a la fotografía desde 1860. Había sido coronel del ejército polaco. En Sevilla, montó un gabinete fotográfico en Mármoles número 9, donde, además, daba clases del arte de Daguérre. Casó con Magdalena Voisins en la parroquia de San Vicente, teniendo una hija, Enriqueta. En 1862, con motivo de la venida de Isabel II, marchó con el séquito. Las últimas noticias que de él tenemos son, precisamente, este retrato familiar hecho por la fotógrafa jiennense Amalia L. López. Descendiente suyo actual, es don Enrique Hernández, Luike, conocido editor y poeta».
    El historiador de la fotografía española, doctor Miguel Ángel Yáñez Polo, incluye en su libro titulado Sevilla recuperada, 160 años de historia a través de la fotografía (Diario de Sevilla, 2000), el siguiente texto: «Coronel polaco exilado en Sevilla. Dentro de los apellidos de procedencia polaca, varias familias se integrarán en Sevilla. Es el caso de los Czartorisvsky, los Zbikowsky y los Tarszenski. Mientras los dos primeros arraigarían en la ciudad, el último, de título conde de Lipa, acabaría marchándose. En efecto, Enrique Tarszenski llegó a la ciudad en 1845, dedicándose a la fotografía desde 1860. Había sido coronel del ejército polaco. En Sevilla, montó un gabinete fotográfico en Mármoles número 9, donde, además, daba clases del arte de Daguérre. Casó con Magdalena Voisins en la parroquia de San Vicente, teniendo una hija, Enriqueta. En 1862, con motivo de la venida de Isabel II, marchó con el séquito. Las últimas noticias que de él tenemos son, precisamente, este retrato familiar hecho por la fotógrafa jiennense Amalia L. López. Descendiente suyo actual, es don Enrique Hernández, Luike, conocido editor y poeta».

Enrique Hernández Luike, sevillano adoptivo, ha creado un imperio editorial internacional especializado en el motor en todas sus facetas, y aunque se fue en 1953 a Madrid, ha seguido vinculado a Sevilla, donde tiene casa solariega. Hace más de medio siglo, tres amigos sevillanos, Julio González Cabañas, Enrique Hernández Muñoz Luike y quien esto escribe, unieron sus esfuerzos para hacer realidad varios proyectos editoriales, como Serva, la primera revista que tuvo el Sevilla Fútbol Club; el semanario Novedades, que fue un revulsivo para el periodismo sevillano entonces adormecido, y Moto Record, una revista de motociclismo nacional hecha desde Sevilla y Madrid. Fue en Madrid donde estuvo Enrique Hernández Luike, simultaneando sus estudios en la Facultad de Periodismo con la delegación de Moto Record hasta convertirla en referencia del sector. Enrique Hernández Luike (desde 1950) se inició en el mundo del motor en el desaparecido diario Sevilla, alternando con información general, entrevistas y caricaturas. Pasó a Pueblo, de Madrid, al ingresar en la Escuela Oficial de Periodismo. Fomentó como extensión nacional la profesión especializada de periodista del motor a través de su agencia de prensa Motor Press, que abasteció de información a más de 80 diarios y emisoras, y trabajó personalmente en el Carrusel Deportivo de la Cadena Ser y en Televisión Española, con filmación de competiciones. Participó como piloto en ralis motociclistas y fue componente, junto con Virgilio Hernández Rivadulla, del equipo ganador del Rallye de la FIM, Florencia, 1959.

Antes de licenciarse, en 1956, adquirió la revista Motociclismo en la que trabajaba como editor e inició su propia empresa. En 1960 lanzó Autopista, a la que siguieron otros semanarios, mensuales, anuarios y libros del motor. El Grupo Luike, asociado a la Vereinigte Motor Verlage, se extendió sucesivamente a Portugal, México, Argentina y Brasil alcanzando la cifra de 360 publicaciones al año. De su grupo surgieron varias editoriales especializadas con más de trescientos periodistas del motor, algunos formados en Madrid a través de Masters organizados en colaboración con la Universidad Complutense.

Independizado de los alemanes, actualmente preside la empresa Luike Iberoamericana de Revistas que publica Autofácil, TodoTerreno, Tecno, Quad&Jet, Scooting, Car, Todos los Coches del Mundo y varios catálogos complementarios de dichos títulos. Autofácil se distingue por su liderazgo en venta y difusión total por encima de todas las demás revistas españolas del motor.

Es miembro de la Asociación de la Prensa de Sevilla, tiene una antigua casa restaurada en nuestra ciudad, de la que nunca se desvinculó, y otra en la aldea de El Rocío, como fervoroso devoto.

Enrique Hernández Luike, sevillano adoptivo, ha creado un imperio editorial internacional especializado en el motor en todas sus facetas, y aunque se fue en 1953 a Madrid, ha seguido vinculado a Sevilla, donde tiene casa solariega. Hace más de medio siglo, tres amigos sevillanos, Julio González Cabañas, Enrique Hernández Muñoz Luike y quien esto escribe, unieron sus esfuerzos para hacer realidad varios proyectos editoriales, como Serva, la primera revista que tuvo el Sevilla Fútbol Club; el semanario Novedades, que fue un revulsivo para el periodismo sevillano entonces adormecido, y Moto Record, una revista de motociclismo nacional hecha desde Sevilla y Madrid. Fue en Madrid donde estuvo Enrique Hernández Luike, simultaneando sus estudios en la Facultad de Periodismo con la delegación de Moto Record hasta convertirla en referencia del sector. Enrique Hernández Luike (desde 1950) se inició en el mundo del motor en el desaparecido diario Sevilla, alternando con información general, entrevistas y caricaturas. Pasó a Pueblo, de Madrid, al ingresar en la Escuela Oficial de Periodismo. Fomentó como extensión nacional la profesión especializada de periodista del motor a través de su agencia de prensa Motor Press, que abasteció de información a más de 80 diarios y emisoras, y trabajó personalmente en el Carrusel Deportivo de la Cadena Ser y en Televisión Española, con filmación de competiciones. Participó como piloto en ralis motociclistas y fue componente, junto con Virgilio Hernández Rivadulla, del equipo ganador del Rallye de la FIM, Florencia, 1959.

Antes de licenciarse, en 1956, adquirió la revista Motociclismo en la que trabajaba como editor e inició su propia empresa. En 1960 lanzó Autopista, a la que siguieron otros semanarios, mensuales, anuarios y libros del motor. El Grupo Luike, asociado a la Vereinigte Motor Verlage, se extendió sucesivamente a Portugal, México, Argentina y Brasil alcanzando la cifra de 360 publicaciones al año. De su grupo surgieron varias editoriales especializadas con más de trescientos periodistas del motor, algunos formados en Madrid a través de Masters organizados en colaboración con la Universidad Complutense.

Independizado de los alemanes, actualmente preside la empresa Luike Iberoamericana de Revistas que publica Autofácil, TodoTerreno, Tecno, Quad&Jet, Scooting, Car, Todos los Coches del Mundo y varios catálogos complementarios de dichos títulos. Autofácil se distingue por su liderazgo en venta y difusión total por encima de todas las demás revistas españolas del motor.

Es miembro de la Asociación de la Prensa de Sevilla, tiene una antigua casa restaurada en nuestra ciudad, de la que nunca se desvinculó, y otra en la aldea de El Rocío, como fervoroso devoto.