Menú

Espadas reitera que las ordenanzas fiscales demostrarán que el IBI no sube

El alcalde ultima las «líneas maestras» del borrador que presentará esta misma semana a los portavoces de los partidos en el Ayuntamiento

07 oct 2015 / 08:47 h - Actualizado: 07 oct 2015 / 08:55 h.
"Impuestos"
  • El alcalde asegura que los sevillanos no notarán ninguna subida en el recibo del IBI. / Pepo Herrera
    El alcalde asegura que los sevillanos no notarán ninguna subida en el recibo del IBI. / Pepo Herrera

«El IBI no subirá», esta frase debe ser una de las más repetidas por el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, en los últimos días. El regidor insiste en que los recibos finales del impuesto sobre bienes inmuebles (IBI) quedarán «exactamente igual» que hasta ahora y que los bolsillos de los sevillanos, por tanto, no se resentirán.

Para ello, el alcalde recurrirá a las ordenanzas fiscales, cuyas «líneas maestras» está ultimando y que serán su primera prueba de fuego real desde que iniciase su mandato el pasado 13 de junio. «Quiero tranquilizar a los sevillanos porque no va a subir el IBI residencial», dijo. «Lo he dicho siempre y lo sigo repitiendo. También se lo he dicho a Ciudadanos, pero supongo que es como santo Tomás, cuando lo vean lo creerán», ironizó el regidor quien emplazó al resto de partidos a ver la propuesta de las ordenanzas fiscales que presentará a los portavoces esta misma semana «y comprobarán que lo que dije era absolutamente cierto».

Espadas aseguró que la actualización de valores catastrales por el Gobierno de España «era lógica, porque tenemos una ponencia de valores catastrales del año 98 y, por tanto, era evidente que era necesario llevarla a cabo». Pero aquí entra en juego el papel del Ayuntamiento. «Si no haces nada, evidentemente sube el IBI, pero como dije desde el principio este gobierno municipal va a jugar con el margen de maniobra que tiene para que se mantengan los niveles de lo que ahora mismo pagamos, lo que significa que vamos a dejarlo igual», concluyó.

¿Y cómo lo conseguirá? Pues el Ayuntamiento pretende jugar sobre «el coeficiente (del IBI) para compensar esta actualización de valores catastrales que se hace desde el Estado».

Es decir, la actualización del 10 por ciento por parte del Gobierno de España es un hecho. Este porcentaje se hace en función de la antigüedad de la ponencia de valores, la de Sevilla es de la más antiguas del país y por eso el coeficiente de actualización que se aplica es el del 10 por ciento.

Ahora bien, según asegura el Ayuntamiento, esta actualización de los valores catastrales no tiene por qué incidir necesariamente en la carga tributaria asociada al Impuesto sobre Bienes Inmuebles, o lo que es lo mismo, no se tiene que notar en el recibo que deben abonar los ciudadanos. Esto se debe a que los Ayuntamientos pueden utilizar su capacidad normativa en relación con los tipos impositivos para evitar que la actualización de los valores acabe traduciéndose en una mayor tributación, es decir, en una subida efectiva del IBI para los sevillanos.

Y es que los vigentes valores catastrales, según fuentes municipales, entraron en vigor en 2001, hace casi quince años, y son fruto de una ponencia de valores cuyo trabajo de campo se realizó en 1998 y 1999, cuando aún no se había desarrollado el llamado boom inmobiliario. Estos valores catastrales se fijaron en 2001 aunque su aplicación se hizo de manera progresiva durante diez años con subidas del 10 por ciento cada año.

Así, el Consistorio argumenta la subida de este 10 por ciento que se aplicará este año en el artículo 28.3.a de la Ley del Catastro Inmobiliario, según la cual «el procedimiento de valoración colectiva de bienes inmuebles (...) podrá iniciarse de oficio o a instancia del Ayuntamiento correspondiente cuando, respecto a una pluralidad de bienes inmuebles, se pongan de manifiesto diferencias sustanciales entre los valores de mercado y los que sirvieron de base para la determinación de los valores catastrales vigentes».

Según el Ayuntamiento, los valores catastrales en Sevilla deberían haberse revisado, mediante la elaboración de una nueva ponencia de valores, en 2011. Es decir, han pasado más de cuatro años, por tanto, sin que los trabajos al respecto se iniciaran.