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El clásico negocio de revelado de fotografía Foto Supra, en Sierpes, 22, ha dejado de tener actividad este lunes. / Pepo Herrera -
Alfredo Menéndez Mataarriba fundó Foto Supra, que han continuado en el local de Sierpes sus nietos, Alfredo y Pablo. /El Correo
Después de haber recorrido «toda España vendiendo carretes» como comercial de una conocida casa de fotografía, el sevillano Alfredo Menéndez Mata decidió montar su propia empresa en los años 50: un laboratorio de fotos, en principio Sur Color y luego Foto Supra, que hizo historia en Andalucía al imprimir la primera fotografía a color en 1954 en el modesto local que llegó a tener en la calle Capitán Vigueras. «Empezó como un laboratorio pequeño en la calle Monte Carmelo, que pasaría después a Sánchez Arjona y finalmente al Polígono Store». Pero su mentalidad emprendedora, le llevaría pronto a diversificar el negocio y buscar nuevas oportunidades en una ciudad que bullía en torno a la celebración de la Exposición Universal de 1992. «Compró varios locales y abrió cuatro tiendas de atención al público en Sierpes, Asunción, Sinaí y Sánchez Arjona». Una de ellas, la del centro, ha echado el cierre este lunes después de meses de continuas pérdidas a consecuencia del desarrollo de las nuevas tecnologías, en especial de los teléfonos móviles y de las concurridas redes sociales.
«La impresión en sí ha dejado de tener relevancia y, básicamente, la gente sube fotos a Facebook o Instagram y colecciona Me gusta sin necesidad de tenerlas en formato físico», explica Alfredo Provost Menéndez, nieto de «don Alfredo», que junto con su hermano Pablo ha estado estos últimos años al frente de esta tienda localizada en el número 22 de la calle Sierpes. Un local, que como recuerda la tercera generación de Foto Supra, fue elegida en 2006 como «mejor tienda de fotografía de España por la OCU», y en la que muchos sevillanos han inmortalizado sus recuerdos. En sus inicios coincidió con años de explosión de la fotografía, «por entonces analógica y con revelado de carretes en menos de una hora». También muchos sevillanos plasmaron aquí sus primeras visitas a la Expo mientras que maestros del objetivo, como Jesús Martín Cartaya, le confiaban sus imágenes. Algunas tan vinculadas a la ciudad, como la entrega de pastas al pregonero de la Semana Santa por la tertulia El cirio apagado.
La irrupción de la era digital que trajo el cambio de siglo (y de milenio ) invirtió la tendencia y el sector tuvo que adaptarse con nuevos servicios complementarios: «Empezamos a personalizar fotos en objetos, a convertir formatos audiovisuales... Todo el mundo empezaba a tener una cámara digital y los profesionales dejaban de imprimir», se sincera Alfredo, que, no obstante, apunta que «el declive» comenzó «a finales de 2008-2009» cuando con los teléfonos móviles y las redes sociales (Facebook, Instagram... «la gente comenzó a revelar mucho menos y a guardar los álbumes de viaje o de celebraciones familiares en los ordenadores». Una cuesta abajo progresiva que se corresponde con «un gran desplome» del volumen del revelado «en más de un 50 por ciento» en los dos últimos años.
Estos motivos económicos que han desinflado el negocio son los han llevado a los herederos de Alfredo Menéndez a no levantar la persiana este lunes después de 24 años haciéndolo ininterrumpidamente, «excepto domingos y festivos». Tomar la decisión no ha sido fácil: «Aún no nos lo creemos. Tenemos mucha pena. Hemos aguantado bastante pero no hemos tenido otra». Ahora esperan poder alquilar el local mientras se aferran a la única tienda de Foto Supra que sigue adelante en Asunción a cargo de sus primos.