«Golpear a alguien que cae y se levanta no es imprudencia»

El fiscal sostiene que la muerte de un hombre tras una pelea fue un homicidio

29 mar 2017 / 18:23 h - Actualizado: 30 mar 2017 / 08:30 h.
"Tribunales"
  • Numeroso público ha seguido estos días el juicio ante un jurado contra el acusado de matar a un hombre en la Bachillera. /Fotos: Jesús Barrera
    Numeroso público ha seguido estos días el juicio ante un jurado contra el acusado de matar a un hombre en la Bachillera. /Fotos: Jesús Barrera

«La imprudencia es un golpe mal dado, uno, pero no tres. Varios golpes a alguien que cae y se levanta y que estaba débil no es una imprudencia», sino que para el fiscal es un «homicidio doloso, porque está aceptado la muerte como resultado». Es la conclusión a la que llega el Ministerio Público tras escuchar a los testigos y a los forenses que durante dos días han declarado en el juicio por la muerte de un hombre una semana después de una pelea, que tuvo lugar en 10 de agosto de 2015 en la Bachillera. La defensa en cambio sostuvo que «no tenía intención de matar. Nadie se podía esperar el fatal desenlace», dijo el letrado, que ha reclamado una condena por lesiones con resultado de muerte». Ahora es el jurado el que debe decidir su veredicto.

En la tercera jornada del juicio, las partes han expuesto sus conclusiones e informes. La acusación ejercida por la Junta de Andalucía, que representa a un hijo del fallecido que está tutelado, es la única que modificó sus conclusiones. Así el fiscal mantuvo los 12 años de prisión por un delito de homicidio doloso; el mismo delito por el que acusa el abogado de la familia del fallecido, pero eleva la pena a 14 años; la Junta, en cambio, solicita cuatro años de cárcel por homicidio imprudente.

La disparidad de las condenas radica en que tanto la Fiscalía como la acusación particular creen que, si no existió intención de matar si que el acusado «asumió el riesgo» de que se produjera la muerte al golpear en la cabeza al fallecido varias veces. La defensa, que solo reclama la libre absolución en caso de homicidio, y la Junta sostienen que Jorge M. «no tenía intención de matar», sino que fue una pelea en la que el acusado propinó «dos golpes» y esquivó los de la víctima, sin que «haya quedado acreditado que utilizara una botella o algún objeto».

En este sentido, el fiscal comenzó su informe dejando claro que no veía al acusado «como un asesino, eso es algo más grave con una pena más elevada», ni siquiera cree que en ese momento «buscara la muerte» de Luis Alfonso V.L., pero sí que «asumió que podía causar la muerte al golpear en la cabeza». «Es una acción violenta, no es un empujoncito», añadió el fiscal para quien los hechos «no son una pelea, es una agresión». «El carácter lo tenemos desde los 16 años y esto es propio de un carácter violento», tras lo que se preguntó si por un mechero o porque le dijera «métetelo en el culo tres veces es lógico que se llegue a este resultado fatal».

Asimismo, para el Ministerio Público Jorge M. «conocía la situación de debilidad de Alfonso», quien tomaba metadona, tenía un tratamiento para la hepatitis y anticoagulante de la sangre. «Y pese a ello le golpea y le golpea, sabiendo lo que podía ocurrir». «El objeto contundente que tenemos todos es el puño», manifestó antes de concluir que «la vida destrozada no es la del acusado, es la de Alfonso, que falleció».

Por su parte, la acusación particular, ejercida por la familia de la víctima, pidió una condena por homicidio, incidiendo en que esta «no se pudo defender, solo era atacado». El letrado recordó como una testigo dijo que el agresor estaba de pie y la víctima sentada cuando fue golpeado, preguntándose si «¿alguien cree que ese señor aturdido le puede hacer daño?». Por eso dijo, que el golpe que le provoca el hematoma en el cabeza que le llevó a la muerte «fue gratuito».

La defensa, que recordó que no quiere que su cliente quede impune sino condenado pero por lo que «ocurrió de verdad», se cuestionó si «¿es lógico que en el fraguar de una pelea se planteara que con un puñetazo, esquivando golpes, iba a matar a alguien?». «No vean a Jorge como un homicida porque no lo es», le dijo al jurado, al que le instó a preguntarse «por qué coincidían una acusación y la defensa. Muy pocas veces ocurre eso».

«Esa señora miente, mi hijo no era así»

«Esta señora está diciendo mentiras. Mi hijo no era así, que me echen si quieren. Pero mi hijo no era un borracho, no bebía». Son las palabras con las que la madre del fallecido interrumpió la intervención de la abogada de la Junta de Andalucía, quien en su informe final repitió en varias ocasiones que Alfonso «bebía», que aquel día podía estar «ebrio», que tomaba metadona porque había sido consumidor de droga. La mujer no pudo seguir escuchando todo aquello y se puso en pie gritando que era «mentira, puede que aquel día bebiera, pero no era un borracho». La magistrada tuvo que pedir a la Policía que se la llevara de la sala «para garantizar el sosiego» de la misma» y poder continuar. La mujer fue atendida por varios funcionarios hasta que estuvo más relajada.

«Jamás pensé que iba a acabar así. Lo siento de verdad»

Tras tres días, el juicio finalizó este miércoles –ahora será el turno de que el jurado, al que se le entrega este jueves el objeto del veredicto decida– con la última palabra del acusado. «Quiero volver a pedir perdón, sé que les va a costar mucho perdonarme. Jamás, jamás en la vida pensé que esto iba a acabar así. Lo siento de verdad», dijo Jorge M., después de que la magistrada le preguntara si quería hacer uso de su derecho a la última palabra.