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Ricardo Ruiz, presidente de la asociación de vecinos El Triángulo, en la avenida Francisco de Ariño, una de las arterias principales. / Pepo Herrera Manuel J. Fernández
sevilla {¿Cómo surge el movimiento vecinal en San José Obrero-El Fontanal?
—Fue de manera espontánea. Un día se declaró un incendio grande en la fábrica de Bordas Chinchurreta de La Rosaleda. Fue tremendo. Cogí un megáfono y salí a la calle avisando del peligro que se nos venía encima. Los vecinos me secundaron y cortamos la Carretera de Carmona. A raíz de ahí vino lo demás. Planteamos crear una asociación de vecinos, pues vimos que había muchas cosas que reivindicar.
—¿Cómo ha contribuido este movimiento a la transformación de la zona?
—Mucho. Al principio para no tener, no teníamos ni colegios. Solo existía uno concertado. Recuerdo cómo nos echábamos a la calle, de la mano de nuestros niños, para pedir centros escolares, como los dos que hay actualmente en la calle Arroyo [por el Machado y el Al-Andalus].
—¿Qué otros logros vecinales ha alcanzado la entidad?
—En los últimos años han sido sobre todo de arreglo de calles y mejoras urbanísticas. Por ejemplo, no hace mucho, se ha intervenido en el número 2 de la calle Jabugo, donde había un desnivel en el acerado que ya había producido más de una caída. Conseguimos también que se arreglase la calle Filpo Rojas y otra más de San José Obrero que llevaba sin tocarse desde que se hizo. También en estos años hemos logrado que abra el polideportivo en la calle Maestro Solano, en la nueva Rosaleda. Es un dotación muy importante para el barrio y para el resto de Sevilla.
—La escuela infantil El Triángulo se ha convertido en todo un referente de la asociación y el barrio...
—Creemos que las asociaciones de vecinos no solo están para reivindicar sino también para trabajar y servir al barrio. Nuestro local en la calle Jabugo se funda en 1979 y en 2002 la Junta de Andalucía reconoce nuestra guardería. Además tenemos 14 talleres de distintas temáticas para fomentar la convivencia entre los vecinos.
—Acaba de concluir un mandado municipal, ¿qué balance hace de estos cuatro años del PP en los barrios?
—La verdad es que ellos prometieron muchas cosas de las que luego no han cumplido. En estos momentos estamos reivindicando que nos arreglen las aceras. Hace poco me llamaron para avisar de que ya estaban interviniendo en en la calle Francisco de Ariño, y, la verdad, es que llegan cuando el mandato está caducando.
—Muchas propuestas han sido aprobadas en las juntas municipales y no se han ejecutado, ¿propone algún mecanismo de control?, ¿qué modelo de distrito quiere?
—Hay que recuperar los Presupuestos Participativos. Fue un error quitarlos. Con ellos, el pueblo es el artífice de pedir lo que se necesita en cada momento y en cada zona. Y sí, creemos que debe haber un mecanismo de control del dinero que llega y un seguimiento de los proyectos porque después pasa que no todo lo que se aprueba en las juntas municipales termina ejecutándose.
—El sábado se constituirá el nuevo Gobierno local, independientemente del color político que finalmente tenga, ¿qué le pide?
—Nuestras reivindicaciones a fecha de hoy son muy concretas y, creemos, de poca inversión. El barrio necesita una mejora en muchas de sus calles, especialmente las aceras; así como un mantenimiento adecuado. Cosas puntuales, por ejemplo, que quiten la rampa que hay en la acera del colegio.
—¿Qué plantea para los solares que hay próximos a la estación de Santa Justa?
—Siempre hemos tenido problemas de aparcamientos. De hecho, somos una de las zonas donde se proyectó uno y luego tuvieron que devolver el dinero a quienes dieron una entrada. No estaría mal que se adecuara para aparcamiento para residentes en superficie.
—¿Y con la Fábrica de Vidrio de la Trinidad?
—Pese a que allí hay otra asociación, nuestra opinión es que se haga un museo con el legado industrial de lo que fue aquello y también un centro cívico que diera servicio a todo este sector, pues el que nos corresponde de San Pablo nos pilla algo lejos. ~